La junta de accionistas que Abertis celebró en Madrid este martes cerró una etapa en la gestora de infraestructuras. ACS, mediante Hochtief, y Atlantia se reparten ahora los papeles en la futura sociedad con la que tomarán el control de la cotizada y en la que participarán al 50%. Un equilibrio accionarial que se traduce en un pulso estratégico para tener ascendente en la gestión de 8.648 kilómetros de autopistas de peaje en 15 países y 43 concesiones.
Sanef, la red francesa de 2.036 kilómetros, es la joya de la corona de la operación. Ambos grupos pretenden poner a sus ejecutivos de confianza al frente de un negocio que supone el 32% de los ingresos y el 33% del beneficio bruto (ebitda) de Abertis, tal y como recordaron el aún presidente del compañía, Salvador Alemany, y el consejero delegado, José Aljaro, este martes en Madrid.
Brasil, Chile e India
Fuentes conocedoras del debate apuntan a que también se mantiene un pulso entre los futuros socios en el reparto del negocio latinoamericano. Cabe tener en cuenta que el mercado más importante en esta región de Abertis es Brasil, donde gestiona 3.250 kilómetros de autopistas, y que el grupo transalpino ya está presente en esta región. Igual ocurre en Chile, donde Atlantia cuenta con una filial de autopistas y donde la cotizada española mantiene contratos de concesión por 771 kilómetros.
Algo parecido ocurre en India, donde la transalpina y la gestora de infraestructuras española lanzaron una estrategia bastante similar. Pusieron un primer pie en el país con contratos menores a la espera del desarrollo del negocio concesional ligado a la demanda de mejores infraestructuras de comunicación por la explosión económica de la región.
Equilibrio de las compañías
Atlantia pelea por quedarse con el control de estas regiones. El problema es que el equilibrio accionarial que se persigue en la operación se debe reflejar en el reparto de mercados. Y Brasil significa el 16% de los ingresos y el 12% del ebitda de Abertis, mientas que la actividad en Chile propicia el 10% de la facturación y el 12% del beneficio bruto.
Italia es igualmente una plaza importante para la cotizada española --genera el 8% de la caja anual y el 6% del ebitda-- mientras que las concesiones españolas son la segunda vía tanto de ingresos como de resultados antes de depreciaciones del grupo --26% facturación y 31% de ebitda--.
Inseguridad de las concesiones
Incluso los analistas dan por descontado que la firma transalpina tomará el control de la primera y que ACS se quedará con el segundo, pero en la ecuación a la que se intenta dar forma también se incluye la vida de los contratos. Y la inseguridad del mercado nacional pone en duda la continuidad de este tipo de concesiones por una cuestión política.
Un pesimismo por las complicaciones en la gestión que también se da en Argentina, país en el que Abertis aún controla 175 kilómetros de autopistas.
Otras plazas que entran en el reparto son las de Colombia, Puerto Rico y Reino Unido. Mercados en los que la cotizada española opera de forma testimonial con autopistas que no llegan a los 100 kilómetros.
Protesta de los trabajadores
Cuestión aparte es el capítulo laboral. La incertidumbre que se ha vivido en el desarrollo de ambas OPA y tras el reconocimiento de las conversaciones que mantienen ACS y Atlantia ha llevado a que los sindicatos den un golpe sobre la mesa.
Manifestación de trabajadores de Abertis ante el Palacio de Linares de Madrid, donde se ha celebrado la junta de accionistas / CG
Un centenar de personas se manifestaron en los alrededores del Palacio de Linares, donde se celebró la junta, para denunciar el poco peso que tiene en la negociación la continuidad de los trabajadores. Auguran despidos multitudinarios por la duplicidad de las plantillas. Un proceso que ha pillado al comité de empresa de Abertis en pleno debate para renovar el convenio colectivo de la cotizada.