Liliana Godia ha diversificado las compañías patrimoniales que dependen de BCN Godia, el gigante donde concentra el grueso de los bienes que heredó de su padre Francisco Godia Sales, fallecido en 1990. Dicha entidad presenta un balance de 400 millones de euros en activos y 162 millones en fondos propios. Ahora, la rica heredera catalana ha decidido adquirir otra sociedad operativa.
Se trata de Best Elite Transactions, una firma que fundó hace tan sólo dos meses uno de los despachos especializados en la formalización de compañías. Lo hizo con los 3.000 euros preceptivos, el capital base que aún consta en el Registro Mercantil.
La nueva sociedad tiene como objeto social la “compra, suscripción, tenencia, permuta y venta de toda clase de valores mobiliarios, accionistas, participaciones sociales, nacionales y extranjeros por cuenta propia y sin actividad de intermediación”. Es decir, gestionar parte de los activos de la fortuna de Liliana Godia, una de las mayores de Cataluña junto a la de su hermana Carmen.
Fuga de empresas
Best Elite está radicada en la planta que la patrimonial de la familia controla en el número 477 de avenida Diagonal, esquina plaza Francesc Macià, la llamada Torre Godó, porque el conglomerado mediático de Javier Godó ocupa la mayor parte del rascacielos. El piso 18 era hasta hace tan sólo un mes la sede social de la holding de Liliana, pero la heredera y su marido, Manel Torreblanca, decidieron mudar este potente conglomerado financiero, inmobiliario e industrial a Getafe (Madrid).
Es una de las más de 3.300 empresas catalanas que se han fugado de Cataluña desde el pasado 2 de octubre, por la incertidumbre política del proceso independentista catalán.
Problemas con el fisco
BCN Godia transcendió, a disgusto de sus administradores, por los problemas con Hacienda que el matrimonio reconoció cuando se llegó a juicio.
Torreblanca pactó hace dos años con la Fiscalía dos años de cárcel, que evitaban su entrada en prisión al carecer de antecedentes penales. Reconoció siete delitos fiscales. El matrimonio pagó casi seis millones de euros a la Agencia Tributaria para zanjar el conflicto.
Tras este golpe, Liliana decidió cortar amarras con Cataluña. Primero clausuró la sede de su fundación, situada en un señorial edificio de la calle Diputació, entre Balmes y Rambla de Catalunya. Allí exponía parte de la colección de obras de arte, de incalculable valor, que le legó su padre. El inmueble alberga ahora la sede de la Fundación Mapfre en la Ciudad Condal.
El siguiente acto de Liliana ha consistido en mover a Madrid la sede social de su multimillonario holding.
Dado el infierno fiscal existente en Cataluña, y en particular el ruinoso impuesto de patrimonio, no se descarta que los Torreblanca-Godia acaben empadronándose en Madrid con sus dos hijas, al igual que están haciendo innumerables miembros de la burguesía barcelonesa, desde que estallaron las pulsiones separatistas.