El multimillonario Ricardo Portabella Peralta, afincado desde hace muchos años en Ginebra (Suiza), acaba de trasladar la sede social de su vasto conglomerado empresarial y financiero fuera de tierras catalanas.
Su consorcio se titula Anpora Patrimonio. Hasta ahora se ubicaba en el paseo de Gràcia número 42, esquina Consejo de Ciento, frente al histórico edificio La Equitativa. El pasado jueves, 4 de enero, se reunió la junta de socios --es decir, el propio Ricardo Portabella-- y tomó el acuerdo de mover el cuartel general al número 48 de Rue de Bragance, en el Gran Ducado de Luxemburgo.
Traslado de país
Con esta maniobra supersónica, el caudaloso patrimonio embalsado en Anpora emprende el vuelo y pasa de Barcelona a un nuevo domicilio sito en el minúsculo país centroeuropeo.
Anpora Patrimonio, radicada en Barcelona durante 16 años, es una sociedad perfectamente desconocida para el común de los ciudadanos. Pero contiene bienes copiosos. Sus activos consolidados se contabilizan en 613 millones de euros. Sin embargo, según el auditor que ha revisado las cuentas ascienden en realidad a 907 millones, con arreglo a los datos del balance correspondiente a 2016.
Bienes raíces
Las participaciones de Anpora en otras compañías se valoran en 312 millones. Figura entre ellas un 0,30% de Danone Francia, tasado en 107 millones. También descuella una exótica filial, Anxoves de l’Escala, dedicada a la producción de anchoas de alta calidad, y en la que había invertido su tío Antonio Portabella Rafols, que le dejó en herencia una fortuna descomunal.
Las inversiones financieras se cifran en otros 200 millones. A los bienes ya citados hay que añadir un frondoso parque de inmuebles situados en Londres, Barcelona, Fornells de la Selva, Alt de Gironella, Begur y Mallorca, con un valor conjunto de 60 millones.
Ricardo Portabella mantiene desde tiempo inmemorial un bajo perfil social. La concesión de entrevistas no forma parte de sus costumbres. En la Confederación Helvética se le considera uno de los 300 ciudadanos más acaudalados del país, cosa que él mismo niega.