Abertis deberá hacer frente a las consecuencias del caos circulatorio que sufrieron este fin de semana miles de conductores atrapados por una gran nevada en la autopista AP-6 en medio de una tormenta perfecta para la compañía. Además de capear el expediente que le ha abierto el Ministerio de Fomento, los responsables de Autopistas deberán intentar limar asperezas en la negociación del convenio colectivo que afecta a toda la división, no sólo a la filial que gestiona la vía afectada, Iberpistas.
Fuentes conocedoras del debate laboral indican que un conflicto en este momento daría la puntilla a la situación en la que está inmersa la cotizada. De hecho, enmarcan en la tensión del diálogo que se ha iniciado la acusación de que se falló en Segovia por los recortes en el personal que se han aplicado.
Amortización de empleos
Igual que en el resto de la concesionaria, el personal de autopistas se ha visto afectado por el proceso de racionalización de gastos y optimización de procesos. En este caso, según otras fuentes de la empresa, implicó la amortización de empleados que atendían el cobro en los peajes mediante un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas.
Relatan que esta parte del servicio ha caído en uso por la implementación de nuevas tecnologías como el cobro mediante sistemas de telepeaje o el pago con tarjeta.
Además, afirman que parte de los empleados que estaban afectados por la amortización de sus puestos de trabajo fueron reubicados en el servicio en pista. Es decir, el de realizar las tareas necesarias para garantizar la circulación en perfectas condiciones.
Equipo de trabajo en la AP-6
Un total de 170 personas estuvieron movilizadas en la AP-6 desde el 5 de enero hasta ahora. Los equipos que intentaron limpiar las vías incluían 31 máquinas quitanieves y 10 vehículos de apoyo, medios todos ellos de autopistas, añaden los portavoces de la división de Abertis.
Los sindicatos de la filial aseguran que estos últimos trabajos han sido externalizados y que por ello ha bajado la calidad del servicio.
Limpieza de la calzada
Sus portavoces explican que el sábado a las dos de la tarde Iberpistas se puso en contacto con la Dirección General de Tráfico (DGT) para pedir la restricción de la circulación de vehículos pesados. A las cinco de la tarde se solicitaron cortes puntuales para limpiar la calzada que se repitieron una hora después, añaden. Los trabajos terminaron a las siete de la tarde, pero ese momento arrancó de nuevo la nevada y dos horas más tarde se pedía el cierre definitivo de la autopista.
El relato de lo que pasó a partir de aquí es conocido. Los conductores se quedaron atrapados en sus vehículos y el Gobierno movilizó a la Unidad Militar de Emergencias (UME) para rescatar a más de 3.000 coches atrapados desde hacía 10 horas en algunos casos. Hechos que han derivado en una crisis política que afecta tanto al Ejecutivo como a la concesionaria.
‘Guerra’ de opas
Para la cúpula de Abertis, encabezada por Salvador Alemany y Francisco Reynés, este conflicto llega en un momento en el que toda la actividad de la compañía está a la espera de conocer quién es su comprador. La cotizada está inmersa en una guerra de opas entre la multinacional italiana Atlantia y ACS de Florentino Pérez, que ha articulado su oferta a través de Hochtief.
Ambas ofertas siguen su curso después de que la CNMV decidiera este lunes marcar distancias con el trasfondo político de la operación, las intenciones del Gobierno de influir en el resultado, y mantuviera su autorización sobre la oferta del grupo transalpino. Ambas opas siguen ahora su curso.