Aplaudido por unos, y criticado por otros. La aplicación del artículo 155 en Cataluña no ha dejado a nadie indiferente. Y, al menos, tiene una consecuencia positiva: ha frenado las huidas de empresas hacia otras regiones de España en busca de seguridad jurídica y económica.
Aragón es una de las comunidades elegidas por las empresas que cambian su sede, por la proximidad. La Confederación de Empresarios de la región y la Cámara de Comercio de Zaragoza han confirmado que el 155 “ha apaciguado a los empresarios”, que “ya no tienen tanta prisa por cambiar su sede social y fiscal”.
"El mal ya está hecho"
Un claro ejemplo es el de Freixenet, que finalmente se mantiene en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). Las consultas y los asesoramientos para el traslado de las sedes a Aragón han menguado en la última semana, según Heraldo.
La información pone cifras al éxodo: 19 compañías se han instalado en Aragón desde el 1-O y 47 están en proceso. Otras 66 han iniciado los trámites, aunque solo 6 en la última semana. Los traslados continuarán, pero menos, según el presidente de la confederación, Fernando Callizo. “No habrá un cambio de tendencia a corto plazo”, pero sí “otro ritmo”.
A pesar de ello, “el mal ya está hecho” y afectará a Cataluña y el resto de España en cuanto a crecimiento y generación de empleo en los próximos años.
Un restaurante menos
La Cámara de Comercio de Zaragoza sostiene la tesis: ha atendido más de 20 consultas desde el referéndum, pero solo tres desde la aplicación del 155. La última, la de un cliente que pensaba abrir un restaurante en Granollers (Barcelona) pero que tal vez lo haga en Zaragoza.
La ralentización de los traslados más de 2.000 en este mes, también se ha notado en el resto de España. Aunque las mayores compañías ya han abandonado Cataluña.