El consejo de administración de Comsa Corporación es, en estos momentos, uno de los ejemplos más destacados de la asepsia en los órganos de gobierno de una compañía en el país. Conviven en su plenario, con un delicado equilibrio desde hace casi dos años, las familias Miarnau y Sumarroca, los dos clanes empresariales que decidieron integrar la actividad en 2009.
Pero mucho ha llovido desde esa fecha. Mientras los Miarnau siguen su trayectoria empresarial con una gestión inicialmente compleja por la crisis económica y el sector de actividad, los Sumarroca han sumado al entorno macroeconómico desfavorable múltiples casos de presunta corrupción que salpican a varios de sus miembros. Todos ellos en fase de instrucción, pero que han provocado el barrido de su apellido en la empresa.
Representación de sociedades
La fórmula elegida para establecer un cordón de seguridad en la compañía respecto a la deriva judicial de uno de los fundadores pasa por dejar el consejo en manos de sociedades instrumentales. Mercantiles como Sheratan Management, SEP Management, Deimos Inversión o Balmore Plus que son propiedad de Jorge, José y Juan Miarnau y Albert Sumarroca, respectivamente.
Este último es el único hermano Sumarroca con funciones en el consejo. Es dueño de Labco Quality Diagnostics, una red europea líder en servicios y gestión de laboratorios clínicos y de anatomía patológica, según fuentes cercanas al ejecutivo. Comparte la sociedad en la que opera en Comsa con su madre, Núria Claverol, antigua socia de Marta Ferrusola en la empresa de flores y jardinería Hidroplant.
El resto de sociedades de los Sumarroca
La amistad que une a la familia con los Pujol propició que el entonces juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, llamara a Carles Sumarroca a declarar ante el tribunal y le imputara en la causa abierta contra la que fue considerada la primera familia de Cataluña. Lo hacía junto a su padre, con el que comparte nombre, para explicar lo que conocía de los negocios turbios del expresidente de la Generalitat.
Este caso le costó la vicepresidencia de Comsa y que su nombre desapareciera del consejo. Sus intereses se vehiculan a través de la SL Fibex Blue, constituida en 2009. El mismo año en que su hermano Jordi creó la empresa Vilmar One, representada también en el consejo de Comsa Corporación. El empresario pasó por la cárcel durante un breve tiempo en otra macroinvestigación sobre presunta corrupción en Cataluña. Fue acusado en el marco del caso 3%, la supuesta red de financiación irregular que se urdió al entorno de CDC.
Reparto de la propiedad
Gran parte de este equilibrio se sustenta en que los Miarnau ostentan el 70% de la propiedad del grupo. Su mayoría le valió para cambiar el nombre original de la empresa, Comsa Emte, otro gesto para marcar distancias con el apellido Sumarroca.
Pero no mantienen una mala relación con sus socios minoritarios. Muestra de ello es la reciente operación que han cerrado entre ambos. Los Miarnau les han vendido su participación del 50% en Molí de la Boella, un negocio menor en su finca La Boella dedicado a una producción anual limitada de aceite de los árboles de la zona.
Los Sumarroca, con experiencia en el sector al controlar otras marcas de aceites y aliños como Molí de Pomerí, se quedan con el control de esta parte de la explotación. Una actividad menor, según otros interlocutores del sector. Los Miarnau proseguirán con la comercialización del hotel boutique, el restaurante, la bodega y el complejo natural situado en un “oasis de tranquilidad en un entorno único”, según su publicidad. Un establecimiento adaptado para bodas y convenciones situado entre Reus y Tarragona.