El Ayuntamiento de Madrid busca un acuerdo con Airbnb, HomeAway y otras plataformas de alquiler vacacional para establecer un tope máximo de días para el arrendamiento e implantar una tasa, que ya existe en otras ciudades como Ámsterdam o Nueva Orleans.
Como lo ha definido el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, se trata de un "memorándum de entendimiento". El consistorio busca con esto que "no se monten negocios fuera de la actividad reglada". El Gobierno municipal de la capital no quiere más "hoteles encubiertos".
Un negocio reglado
El ayuntamiento se basa en tres pilares para negociar este acuerdo. El primer paso es garantizar que quien vive en la vivienda posee un certficado de empadronamiento: “No habrá intermediarios ni nadie que se compre 17 casas para alquilarlas”, indica el concejal.
El segundo objetivo es fijar un plazo máximo de días, para que no se pueda ofertar un piso turístico durante todo el año. El tercer punto que marca Madrid es establecer que una "parte del rendimiento económico que obtiene el usuario, vaya al ayuntamiento”, es decir, establecer una tasa a esta actividad.
El ayuntamiento llevará a cabo de esta forma una revisión normativa para "regular y poner orden en la vivienda turística", explica Calvo. El concejal también ha lanzado un dardo a la regulación que puede establecer la Comunidad de Madrid: “No podemos esperar que caiga del cielo una regulación autonómica”.