El Gobierno catalán busca "corregir las costumbres" de los ciudadanos con el nuevo impuesto a las bebidas azucaradas. El gravamen persigue "dar solución a ciertos problemas sociales", ha explicado Lluís Salvadó, secretario de Hacienda de la Generalitat.
En el primer día de aplicación del tributo, Salvadó (ERC) ha indicado en los micrófonos de RAC1 que la iniciativa se explica por la voluntad de "corregir las costumbres no tanto de los consumidores, sino de los usos de los propios fabricantes".
"Nueva tendencia"
Según Salvadó, el impuesto a los refrescos, que se aplica a partir de hoy, 1 de mayo, "se enmarca en la nueva corriente de corregir problemas sociales mediante gravámenes".
El republicano ha indicado que "la idea es que el consumidor pague el impuesto para que cambie de hábitos". En este sentido, el Gobierno catalán estudia extender la tasa a los alimentos "con exceso de grasa o azúcar", algo que el Parlament rechazó en noviembre.
En relación a las consecuencias inmediatas para los ciudadanos, el alto cargo ha señalado que la carga no se notará hasta dentro de un tiempo, pues hoy se empieza a aplicar a la compra a los distribuidores.