El FMI sospechaba de Rato cuando éste era su director
El exministro dimitió del cargo de director gerente del Fondo a mitad de mandato y apelando a "razones personales", aunque su salida coincide con las suspicacias de la institución
13 abril, 2017 17:15El Fondo Monetario Internacional (FMI) sospechaba de Rodrigo Rato cuando éste era su director (2004-07). De hecho, le preguntó, a través de la consultora PwC, por las inversiones realizadas mediante tres de sus empresas en octubre de 2007, cuando cesó de su cargo. Cinco años después, se acogió a la amnistía fiscal.
El último atestado de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil revela que el FMI requirió información a Rato acerca de una veintena de fondos de inversión que figuraba en la cuenta de la sociedad Red Rose. El exministro declaró voluntariamente su titularidad a Hacienda en 2013.
Dimitió por "razones personales"
El FMI, por otra parte, se interesó por los destinos en los que las mercantiles Kradonara y Vivaway realizaban sus inversiones inmobiliarias, requerimiento que Rato satisfizo ese mismo día, cuando señaló a PwC que se limitaban al territorio español. La Guardia Civil deduce, sin embargo, que usó ese binomio como eje para blanquear dinero.
Rato anunció su dimisión del FMI a finales de junio de 2007, aunque ésta se formalizó en octubre. Apeló entonces a “razones personales”, “particularmente relacionadas con la educación” de sus hijos”. En su regreso a España, fue director de Caja Madrid (luego Bankia) y trabajó de asesor para la empresa privada.
Las fechas fallan
El último atestado de la UCO, recogido por Efe, pone el foco en Red Rose, que atribuye a Rato desde finales de la década de 1990, aunque el exvicepresidente del Gobierno declaró que fue constituida en 2005. “Es totalmente opaca y tiene como socios a testaferros”, asegura el informe.
Desde sus inicios, la mercantil ha registrado notables cantidades de dinero “de origen desconocido”, introducido en España mediante préstamos o de sus propias cuentas personales. Rato declaró esos movimientos de forma voluntaria en 2011 y 2012.
De Red Rose salieron 9,1 millones entre 1999 y 2012 –por lo general a otras mercantiles en España—, más 4 millones destinados a una de las sociedades familiares, Aurosur. La UCO destaca los 300.000 euros que percibió Rato directamente de la mercantil.
Además, se refiere a dos sociedades, una irlandesa y otra panameña, aunque no llega a identificar si son distintas o la misma.
El binomio Kradonara-Vivaway
Por otra parte, los agentes identifican como eje del presunto blanqueo al “binomio” Kradonara-Vivaway, conformado por Rato en 2006 tras la compra de la primera. La adquisición se produjo, exponen los agentes, motivada por la inspección iniciada aquel julio por Hacienda, que no logró atribuir la titularidad de Red Rose.
Esta circunstancia le salvó de tener “consecuencias tributarias distintas” a las resueltas por los tribunales administrativos ya que, según los datos de la Agencia Tributaria, las cuotas defraudadas serían constitutivas de delito. De ahí que la Guardia Civil deduzca que Rato “podría buscar el alejamiento de las empresas que acaparan los fondos de las transacciones que introducen estos montantes en España”, interponiendo para este fin ambas sociedades “opacadas”.
Paraísos fiscales
A través de Vivaway-Kradonara se habrían introducido 7,8 millones de euros, de los que se desconoce la procedencia de 2,4 millones puesto que, al tratarse de sociedades extranjeras en antiguos paraísos fiscales como Panamá, y con domicilio en Ginebra (Suiza) y Gibraltar, los investigadores no han tenido acceso a sus cuentas.
Rato declaró Vivaway a la Hacienda española en 2013, si bien antes aparecía en los registros públicos británicos, al ser una sociedad domiciliada en Reino Unido.
Respecto a las entradas, explica la UCO que el que se conozca que los fondos partían bien de Red Rose o de Westcastle, otra de las sociedades vinculadas al exministro, no significa que se sepa su origen ni su naturaleza.
Dominar el entramado en España
Asimismo, sostiene que la intención de Rato no fue otra que dominar, a través de Vivaway --con domicilio en Middlesex (Inglaterra)--, las sociedades del entramado de las que dispone en España. Una labor para la que se serviría de Kradonara, sociedad española “opaca en su accionariado y en sus órganos sociales” de la que se ha buscado información “a toda costa”, por medio de dos paraísos fiscales: la isla de Guernsey (Reino Unido) y Gibraltar.
De este modo, concluye, Rato interpuso entre el origen de los fondos y el ingreso de éstos en España una estructura de sociedades opacadas “administradas por fiduciarios y sostenidas por testaferros” y con cuentas en territorios de riesgo fiscal.
Conducta de la que infiere “una voluntad ocultadora” propia del fraude fiscal y del blanqueo de capitales, especialmente por el empleo de testaferros, siempre negado por el exministro, que refrendaría la intención de encubrir bienes, insisten los investigadores.