Cresa Patrimonial acumula pérdidas por valor de 593 millones

La familia barcelonesa Sanahuja, antaño una de las principales fortunas de Cataluña, presentó en 2010 la suspensión de pagos de sus cuatro principales compañías: Sanahuja Escofet Inmobiliaria, Sacresa Terrenos Promoción, Sacresa Terrenos-2 y Cresa Patrimonial.

A ellas se sumó el año siguiente la sociedad de su grupo Caufec, titular de un vasto terreno conocido como Finestrelles, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), susceptible de acoger una de las mayores promociones inmobiliarias de Cataluña. Las deudas conjuntas del quinteto se cifraron en 1.800 millones de euros.

Sin datos registrales

Desde entonces, ninguna de las sociedades transcritas se tomó la molestia de llevar sus cuentas al Registro Mercantil. Ante el reiterado incumplimiento del obligado depósito, el Registro les cerró la puerta. Hasta ahora.

La primera compañía que se ha puesto al día es Cresa Patrimonial, cuyo balance de 2015 es todo un poema. Apenas desempeñó actividad, pues sus ingresos se limitaron a 8 milloncejos, derivados principalmente de la gestión de un proyecto constructivo en Alcorcón (Madrid). Las pérdidas del año ascendieron a 25,5 millones.

Pero lo más llamativo es la secuela del periodo 2010-2014, que arroja un quebranto de nada menos que 372 millones. Este déficit, sumado al generado anteriormente, asciende a la friolera de 593 millones, saldo que se arrastra en el balance pendiente de compensar. Ello da lugar a unos fondos propios negativos de 384 millones.

Quitas del 95%

El activo de la empresa suma 297 millones, cuya partida más gruesa corresponde a unos créditos fiscales de 211 millones. El pasivo financiero se eleva a 680 millones. Cresa todavía está pendiente de contabilizar las quitas que se acordaron a raíz de levantarse la suspensión de pagos en 2012, consistentes en un leonino 95%.

Asimismo, la firma tiene prestados avales a diferentes compañías del grupo por importe de 409 millones.