Los superhéroes del derecho penal en España

El impulso que en los últimos años han ganado los despachos de abogados penalistas, sobre todo los especializados en delitos económicos, marca el pulso de la realidad judicial española en 2016. Corrupción, delitos fiscales, concursos de acreedores y delitos societarios están cada vez más a la orden del día y muchos altos directivos se enfrentan a procesos en los que la pena de prisión es una realidad. A diferencia de lo que venía sucediendo, las grandes marcas legales --los líderes del mercado como Cuatrecasas, Uría y Menéndez, Garrigues u otros de origen internacional-- ya no son las que prestan el servicio jurídico a los acusados en estos procesos.

El mayor cambio en el negocio legal español parte de que hasta hace unos años los grandes bufetes acaparaban buena parte de estos procesos. Ahora, sin embargo, se ha producido una eclosión de despachos boutique, extremadamente especializados, que proporcionan asesoramiento legal y defensa penal de alta calidad y con relación estrecha con el defendido.

Alta especialización

Los delitos económicos son cada vez más complejos y eso conlleva una especialización muy alta de los players en el mercado. Hay grandes bufetes que han decidido permanecer al margen o directamente han perdido la batalla tras esta eclosión de los casos del ámbito económico-penal.

Actualmente las firmas más reputadas, el top 10, y que son, por tanto, las más solicitadas, son las boutiques de Ayala, en Madrid, ocupada en la defensa de Benjumea en el caso Abengoa; González Franco, con posicionamiento en ambas ciudades, con la defensa del presidente del FC Barcelona en las derivaciones del caso Neymar; Martell, también en Barcelona, abogado de los Pujol, Rodríguez Mourullo, Sol Daurella, caso tarjetas black; Choclán Montalvo, abogados de la trama Gürtel y de Rita Barberá; Sánchez Junco, caso Campeón; Miguel Bajo, caso Bárcenas; Enrique Bacigalupo, desde A25 Abogados y Economistas, caso Messi, caso Caja España y consultor especial de la Corte Penal Internacional, y Molins Silva, que intervienen en la defensa del caso Nóos.

Por las manos de estos juristas pasan las defensas más complejas del país y conocen los secretos mejor guardados de las operaciones económicas más representativas de los últimos años.