El conflicto laboral en eDreams está a punto de dar un paso más. Una cincuentena de trabajadores de la compañía estudia llevar a la agencia de viajes online a los tribunales. Se trata de un nuevo capítulo en una lucha que empezó poco después de la llegada de Dana Dunne a la silla de directora ejecutiva en enero de 2015.
El 22 de noviembre, la asamblea de empleados aceptó por una mayoría abrumadora (114 votos a favor y cuatro en contra) un preacuerdo con la empresa, en el que ésta aceptaba pagar de forma retroactiva los incentivos y pluses de periodos de vacaciones de los últimos seis meses.
La legislación, sin embargo, contempla el cobro retroactivo del último año. Es por esta razón que la asamblea ha dejado la puerta abierta a que, aquellos trabajadores que lo crean oportuno, presenten denuncias a título individual para reclamar el cobro de las primas que no percibieron durante las vacaciones de los seis meses anteriores, no incluidos en el pacto. De los 118 que acudieron a la votación, una cincuentena ha mostrado su intención de interponer una demanda, según afirman fuentes sindicales.
A partir de noviembre
El preacuerdo aprobado por la asamblea de trabajadores, que ya ha comunicado la decisión al Tribunal Laboral de Cataluña (TLC), tendrá efectos inmediatos. Por tanto, los trabajadores empezarán a cobrar los incentivos y pluses de periodos vacacionales en la nómina del mes que viene, ya que algunos se abonan a mes vencido.
Según el documento, la compañía pagará los atrasos de los seis últimos meses, que se repartirán entre diciembre y mayo. El pago de las cuantías dependerá de las vacaciones que cada trabajador haya tenido en los seis últimos meses y se producirá mediante el ingreso del importe en la nómina o a través de tickets restaurante.
Limpieza de la antigua cúpula
El aterrizaje de Dunne en la dirección de eDreams no solo ha provocado un conflicto con los trabajadores. El británico también ha puesto patas arriba los puestos de dirección, con una limpieza del equipo del fundador del portal y antiguo CEO de la empresa, Javier Pérez-Tenessa. La última en sufrirlos fue su mujer Rocío Pérez, de la que prescindieron en septiembre como jefa global de Relaciones con los Proveedores.
Un año antes dejaba el grupo Pablo de Porcioles, que fue director de desarrollo de negocio, publicidad y comunicación. El exnúmero tres de la compañía atribuyó su decisión a que quería “iniciar nuevos proyectos”.