Las dos sociedades que operan las líneas de tranvía de Barcelona se preparan por un relevo en la cúpula. Como mínimo, eso es lo que pretende el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien se ha implicado a título personal a través de la consejería de Territorio para conseguir que el exconsejero Felip Puig tome el testigo de Francisco Vizcaíno en la dirección de la concesionaria, indican fuentes próximas al jefe del Ejecutivo catalán.
Su principal argumento es que Tramvia Metropolità y Tramvia Metropolità del Besòs deben estar lideradas por un presidente con más perfil institucional que el de Vizcaíno, un ingeniero de la casa con un alto conocimiento de los pormenores de las infraestructuras en Cataluña. Pretende repetir el modelo que existía en la compañía hasta el pasado abril, cuando el presidente era Josep Maria Cullell, uno de los fundadores de CDC que formó parte de los gobiernos de Jordi Pujol. Incluso fue, igual que Puig, consejero de Política Territorial y Obras Públicas a principios de la década de 1980 y a mediados de 1990. Tuvo que dimitir al verse implicado en un caso de tráfico de influencias y aterrizó en las concesionarias del tranvía de la capital catalana en 2011.
Reticencias de los accionistas
Puig indicó en conversación con Crónica Global que de su aterrizaje en las sociedades “hace tiempo que se había hablado, pero no hay nada”. Concretamente, se empezó a tantear el terreno con los accionistas de las concesionarias tras las vacaciones de verano, indican fuentes conocedoras del proceso. Por el momento, sin demasiado éxito.
El nombre del exconsejero ha levantado ciertas reticencias. Existen dudas sobre si conviene apostar por un perfil muy político en un momento clave para la infraestructura, porque se estudia la mejor forma de ejecutar la conexión de los dos tramos actuales del servicio por avenida Diagonal. El impulsor es el Ayuntamiento de Barcelona y es uno de los proyectos estrella del mandato de Ada Colau, quien fichó al exdiputado y exconsejero de CDC Pere Macias para encargarse de la iniciativa.
Moventia, el principal apoyo de la operación
Moventia, que controla un 20% de Trambaix y el 22,5% de Trambesòs, es el único que por el momento apoyaría de forma clara el nombramiento de Puig si llegara al Consejo de Administración de las operadoras del servicio. Se trata de una empresa próxima a CDC y su presidente, Miquel Martí, asegura que “por el momento, nada es oficial” y avisa de que “no necesariamente se decidirá” el relevo en la cúpula.
Globalvía Inversiones (con casi el 44% de Trambaix y el 44% de Trambesòs) y Alstom (24% en Trambaix y 21% en Trambesòs) son los principales obstáculos para que la operación llegue a buen puerto. Aunque también deberán pronunciarse accionistas menores como el grupo Veolia (tras la fusión con Detren en agosto asumió sus activos), FCC y Comsa Concesiones. Las empresas públicas Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, la operadora del Metro, y FGC controlan entre ambas el 5% de cada una de las concesionarias del tranvía.
Puigdemont insiste en la operación, aunque su éxito está, por el momento, en el aire.