Las empresas de la vicepresidenta económica del FC Barcelona, Susana Monje, se encuentran al borde de la asfixia financiera. Grupo Essentium, el holding de la primera mujer tesorera de la historia del club azulgrana, otea al abismo arrastrada por la abultada deuda de Assignia Infraestructuras, la constructora del entramado.
Según fuentes internas, Assignia falló en el pago del préstamo sindicado de 2015 y también dio largas cuando llegó el vencimiento de junio de este año.
La situación es tan complicada que se espera que el conglomerado entre en mora este septiembre.
Atrapados
Los impagos de Assignia no serían una cuestión menor. La mercantil adeuda una cantidad cercana a los 125 millones de euros a un pool de bancos que encabeza Bankia, con aproximadamente 30 millones atrapados en la constructora de Monje.
Targobank (25 millones) y el Santander (21 millones) también habrían vertido dinero en la firma.
Ahora, las entidades financieras expuestas se preparan para afrontar una quita considerable si no se toman medidas urgentes.
Mala gestión
Las fuentes consultadas subrayan que si Assignia se encuentra en un atolladero es por la ineficacia de la dirección. La consultora que asesora al grupo, Deloitte, apenas dispone de información del estado real de las cuentas.
Así, se cree que la deuda real de la empresa, que fundó Vicente Monje Tuñón, padre de la actual consejera delegada, podría ser superior a la cifra de 125 millones.
En el mismo sentido, también se estima que el ahogo de Assignia ha generado tensiones de tesorería en la constructora, especializada en obra civil.
“Complejidad”
Preguntado por el cumplimiento con los bancos, un portavoz del holding admite complicaciones. “Estamos inmersos en una renegociación, como buena parte de los grupos o empresas de nuestro sector”, ha indicado el representante.
Según la misma fuente, el grupo busca nuevos vencimientos del préstamo sindicado con el pool bancario, hecho que ya se ha producido dos veces en el pasado. Las obligaciones datan de cuando Essentium compró Constructora Hispánica en 2011 y la transformó en Assignia, su actual denominación.
“Esperamos [que la renegociación] concluya con éxito como las dos veces anteriores dado que el plan de negocio y la cartera de la empresa son excelentes y la reducción de deuda estructural ha sido del 40% en los últimos años”, ha agregado.
Tapando agujeros
El optimismo de la dirección no se comparte internamente. En opinión de los directivos consultados, el equipo de Monje ha dilapidado buena parte del crédito al llevar al límite el líder mundial en infraestructuras de alta velocidad.
“Assignia ha tapado agujeros con los anticipos de obra. En lugar de destinarlos a los proyectos, la firma ha destinado los avances a otros menesteres, ni siquiera a la amortización de deuda. Ello ha provocado un agujero de tesorería”, abundan.
Con este esquema, Assignia se ha abierto al exterior para mantenerse a flote. “El grupo se ha presentado a concursos internacionales por pura necesidad: necesitaba liquidez urgente que lograba con anticipos. Una vez cobrados, la dirección ordenaba presentarse a nuevas adjudicaciones. Total: un despropósito”, concluyen las mismas voces.