La imagen de un policía de Huston llorando al lado de su caballo muerto tras ser atropellado se hizo viral la semana pasada.

La imagen de un policía de Huston llorando al lado de su caballo muerto tras ser atropellado se hizo viral la semana pasada.

Business

¿Cómo mueren los caballos de la Guardia Urbana?

El Sindic de Greuges investiga los mecanismos que utiliza la policía montada municipal de Barcelona para 'descartar' y reponer los efectivos de su cuadra

14 diciembre, 2015 20:24

Esta es la historia de Dorado, un caballo de capa torda y de silueta majestuosa que sirvió durante años en la policía montada de la Guardia Urbana de Barcelona. A finales de 2007 enfermó. Los veterinarios le detectaron artrosis y se dictaminó que Dorado ya no era apto para ser montado. Sus huesos ya no estaban para esos trotes.

El animal fue cedido temporalmente en adopción, que es lo que suele hacer la guardia urbana cuando un caballo ya no le resulta útil.

Durante los siguientes años, Dorado vivió libre (junto a otros jamelgos viejos y jóvenes) y liberado de trinchas, sillas de montar y púas de espuelas afiladas en sus costados. En 2011 retornó a la que fue su casa y a la que había entregado prácticamente toda su vida de servicio: la Guardia Urbana. Al cabo de cinco meses, murió. Fue sometido a eutanasia. Los veterinarios así lo suscribieron.

Padres adoptivos

Pero, en este caso, la noticia de la muerte de Dorado trascendió a los muros de la cuadra de la Guardia Urbana. Y llego a oídos de sus padres adoptivos, veterinarios, naturalmente, que durante los inmediatos años anteriores le habían cuidado.

No se lo podían creer. Dorado estaba enfermo, si, pero no sufría, incluso había montado alguna yegua y había logrado descendencia. Era un animal feliz.

Pruebas de calidad

Esos veterinarios que, por cierto, parecen vetados para acceder a los concursos públicos de la Guardia Urbana, indagaron. Y al comprobar lo ocurrido se indignaron hasta la rabia cuando constataron que poco antes de morir los facultativos en nómina del ayuntamiento había extraído sangre de aquel equino para saber, entre otras cosas, si Dorado, genéticamente, podía tener descendientes de color bayo (amarillento y de cola negra) o alazán (color fuego), que son las dos capas más preciadas. Los caballos bayos o alazanes, son los más buscados y caros del mercado.

El análisis dio negativo. Por lo tanto, los descendientes de Dorado serían simplemente tordos o blancos, es decir, de pedigrí y precio inferior en el mercado.

Y pocas semanas después, fue sacrificado.

Reponer la cuadra

La Guardia Urbana repone de uno en uno sus equinos, de forma que cada vez que muere uno, compra otro. Por lo tanto, hay un negocio alrededor de la compra y venta de caballos que precisa de un triunvirato: un comprador, un intermediario vinculado con el sector y un veterinario que dé fe científica de la salud del animal.

El Síndic de Greuges investiga una denuncia que en su trasfondo cuestiona los procedimientos de contratación de los veterinarios, los criterios científicos que se utilizan para declarar qué caballos y cuándo han de ser objeto de eutanasia, y los mecanismos de compra de nuevos ejemplares. Una denuncia que arroja sospechas. Sospechas que huelen muy mal.

Es una lástima que las dudas sobrevuelen un cuerpo policial y una gestión municipal que debería ser, parecer y demostrar que es transparente.

Es una lástima que a los caballos se les trate como mercancía fungible. Es una lástima… o quizá es algo más.