Los Daurella ha reforzado el capital social de Cobega, la histórica embotelladora de Coca-Cola en España. La familia propietaria ha suscrito una ampliación de capital de 6,68 millones de euros que ha elevado los fondos propios de la firma hasta los 34,85 millones, según datos oficiales del Registro Mercantil.
Tanto la empresa como el entorno de la actual presidenta del grupo, Sol Daurella, han declinado hacer ningún comentario sobre la operación. Han sido los trabajadores de Coca-Cola los que han disparado las alarmas con el movimiento de capital.
Conflicto sindical abierto
El conflicto laboral en la sociedad que se encarga actualmente de la producción del refresco en España, Coca-Cola Iberian Partners, sigue latente. La plantilla teme que se trate de un movimiento para descapitalizar a la mercantil de la que prende el negocio de embotellamiento para limitar sus beneficios. Cobega unió sus activos con el resto de embotelladores españoles de la marca americana.
Todo ello ocurre el mismo día en el que los trabajadores que siguen acampados a las puertas de la factoría de Fuenlabrada (Madrid), 238 personas en total, amenazaran a la dirección del grupo de recurrir laboralmente de nuevo a los tribunales.
Requisitos de la readmisión de trabajadores
Su portavoz, Juan Carlos Asenjo (CCOO), asegura que la compañía no cumple con los requisitos marcados por la Audiencia Nacional para readmitir a los afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) que salieron de la embotelladora de Coca-Cola en 2014.
El sindicalista denuncia que el calendario que consta en las cartas entregadas con el plan de reincorporación individual va más allá de lo marcado en el tribunal. Además, indica que se ha maniobrado para enviarlos a otras factorías a obtener la capacitación en riesgos laborales o se les aplican vacaciones que no tenían previstas, entre otras medidas coercitivas aplicadas por la compañía que preside Sol Daurella.
Al final, “no dice ni cuándo ni cómo se recuperará el puesto de trabajo”, añaden.
Cambio de asesores legales
Los representantes de CCOO avisan de que no les temblará el pulso en recurrir de nuevo a los tribunales. Hasta la fecha, siempre se han llevado el gato al agua en las reclamaciones presentadas.
Coca-Cola Iberian Partners cambió al bufete Sagardoy por el de Garrigues para que se encargara de sus relaciones laborales con el compromiso de que los primeros gestionarían hasta el final el ERE fallido. Queda pendiente saber quién pilotará el nuevo conflicto laboral en el seno de la compañía.