El agujero de Catalunya Caixa -ahora en manos públicas, después de su intervención por el FROB en 2011-, dónde el Estado ha inyectado cerca de unos 12.000 millones de euros que ya se dan por perdidos, tiene sin duda más de una explicación. Pero algunas de las causas podrían rastrearse en el informe que han enviado a la Fiscalia los peritos del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB), para la investigación del caso por el que está imputado todo el consejo de administración de la entidad de 2010, entre ellos, sus dos últimos máximos dirigentes, el ex presidente Narcís Serra y el ex director general Adolf Todó, por un delito de administración desleal.
Según publica el diario 'El Mundo' a partir de este informe, Caixa Catalunya -que tras fusionarse en 2009 con las cajas de Tarragona y Manresa dio origen a CatalunyaCaixa-, mantenía una cartera de hipotecas de unos 7.000 millones concedidas sin control alguno de los riesgos de impago.
Los peritos destacan que esta cartera, denominada 'Cartera Hércules', que gestionó casi 87.000 hipotecas, por valor de unos 7.000 millones, entre los años 2005 y 2011, y que fue vendida con pérdidas este verano por el FROB, se componía mayoritariamente de operaciones de muy alto riesgo, concedidas en ocasiones vulnerando las normas internas de la entidad, a clientes con una solvencia muy dudosa.
Refinanciaciones masivas
Como dato significativo, los peritos señalan que de estas 87.000 operaciones, por un valor total de 7.000 millones de euros, se tuvieron que refinanciar unas 71.000, por valor de unos 5.000 millones.
Entre otras dudosas prácticas bancarias, se señala que "más del 50%" de los titulares de estas hipotecas tenían ingresos netos inferiores a 20.000 euros anuales, y que casi un 10% del total ni siquiera tenían un empleo. Los peritos también han registrado un número significativo de hipotecas -más de 5.000- concedidas por un importe superior al valor de tasación de la vivienda, además de operaciones con una calificación de riesgos "muy desfavorable". Incluyendo operaciones que se cerraron en contra de las normas internas de la entidad.
Los peritos identifican la causa de fondo de esta generalizada poca prudencia a la hora de conceder hipotecas: que "las mismas personas que tenían como objetivo el crecimiento de la entidad tenían también la capacidad de determinar si una operación era arriesgada".