La recuperación parcial del Impuesto de Sucesiones, basada en el acuerdo entre CiU y ERC para facilitar la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalidad, será suave y progresiva para las herencias de menos de un millón de euros.
Según ha avanzado este domingo La Vanguardia, la tributación -cuya normativa se espera aprobar los próximos días en el marco de la ley de acompañamiento de los Presupuestos de la Generalidad de 2014- será menos estricta con los familiares más próximos al fallecido.
Actualmente, los familiares más cercanos están exentos al 99% de tributación, pero con la reforma esa exención solo se mantendrá para los cónyuges, o para los hijos que hereden hasta 200.000 euros. La vivienda habitual seguirá teniendo una desgravación del 95% del impuesto.
En cualquier caso, el salto tributario significativo se producirá a partir del millón de euros. Así, un hijo que reciba una herencia de 200.000 euros pagará siete euros, mientras que si percibe 250.000 euros más la vivienda habitual valorada en otros 250.000 euros, el impuesto ascenderá a 1.433 euros (0,3%) frente a los doce actuales.
Para una herencia de un millón de euros (la mitad como vivienda habitual), la cuota será de 9.702 euros (1%), frente a los 118 euros que actualmente pagan los hijos. Si la herencia asciende a tres millones (incluida una vivienda habitual de 1,5 millones), los hijos herederos deberán pagar 286.967 euros (9,6%), frente a los 5.770 euros actuales.
Con esta medida la Generalidad confía poder recaudar hasta 108,4 millones de euros anuales adicionales (para alcanzar los 241,6 millones totales), neutralizando así la anterior reforma promovida por CiU tan pronto como accedió al Gobierno autonómico en noviembre de 2010, y que supuso reducir a la mitad la recaudación por este motivo.
El acuerdo CiU-ERC en esta cuestión debería haberse empezado a aplicar este año, pero la prórroga de los presupuestos de 2012 -con el apoyo de ERC- no lo hizo posible. Desde CiU subrayan que se trata de una recuperación temporal del impuesto.