Tita Cervera entra en la guerra de los burdeles de la zona alta de Barcelona
El bloque de pisos de la baronesa Thyssen monta en cólera por la actividad de los clubes eróticos
18 octubre, 2016 23:50Tita Cervera ha entrado en la guerra de los burdeles de la zona alta de Barcelona sin quererlo. La baronesa Thyssen se ha colado en medio del fuego abierto entre los clubs para adultos Bacarrá y Blue Night en el elegante barrio de Turó Park, uno de los más caros de Barcelona. El bloque de pisos en el que la filántropa tiene un apartamento ha presentado queja formal por el ruido y molestias de uno de los locales eróticos. La denuncia se suma a la retahíla de reclamaciones que ha interpuesto la asociación de vecinos contra el presunto sexo de pago al por mayor en la zona.
"Hay quejas de varias comunidades de vecinos. Una de ellas es la residencia en la que Carmen Cervera tiene un piso. Pero no la única. Y eso que en la zona hay más vips. Sin ir más lejos, a centenares de metros tiene la residencia un ministro. Los Pujol y Xavier Trias también habitan de la zona", explica Bartolomé Criado, presidente de la entidad.
La tranquilidad del coqueto distrito se ha visto truncada por la guerra entre Bacarrá y Blue Night y sus dos propietarios, Jaime Veiga y Juan Balcells. "Las chicas salen a fumar fuera. Hay idas y venidas de coches y peleas de taxistas", enumera Criado.
'Cazaburdeles'
El vecino cultiva una doble faceta: pequeño empresario y activista. El presidente de la agrupación de residentes ha conseguido cerrar dos pisos en los que, asegura, se practicaba el sexo de pago sin licencia. "Uno de ellos consiguió permiso de apertura para un hostal de juventud. Con una veintena de jacuzzis, figúrate", recuerda.
Ahora, el ciudadano canaliza las quejas de la comunidad de vecinos de Cervera y otros vecinos contra los stripclubs. "Están denunciados por la actividad y por vender tabaco ilegalmente. Y habrá más a medida que las recibamos", anuncia.
Vómitos y ruido
Las quejas tienen su epicentro en la calle Borí i Fontestà, donde Bacarrá y Blue Night prácticamente son vecinos. "Como portero no me afecta porque no trabajo de noche. Pero sí me he encontrado vómitos por las mañanas, gente tirada tras una borrachera y demás", resume E., custodio de la entrada de un edificio de la zona.
El empleado recuerda a Borja Thyssen y a su esposa, Blanca Cuesta, paseando por la zona. "Es cierto que choca que una zona residencial de alto standing tenga dos clubes de noche", valora.
Por su parte, M., guarda de llaves de otro inmueble, lee el escenario de forma más reposada. "Es cierto que la actividad es incómoda. Pero antes aquí había una discoteca latina y teníamos más problemas: peleas, robos y gente borracha. A mi particularmente no me molesta", concluye a escasos metros de uno de los dos locales.