Imagen de la guardería Sant Agustí tras su desahucio / CG

Imagen de la guardería Sant Agustí tras su desahucio / CG

Vida

Todo lo que nos ocultaron de la guardería desahuciada en Barcelona

Las familias afectadas denuncian cortes de luz durante un mes por impagos y recibos de otra empresa familiar de los propietarios

20 abril, 2017 00:00

La guardería Sant Agustí no abrió sus puertas en el retorno de las vacaciones de Pascua. Fue desahuciada la semana pasada. El parvulario era uno de los más antiguos de Barcelona. Recibía alumnos desde hacía 65 años. Ahora se ha visto afectado por el “mobbing inmobiliario”.

El cierre del centro se produjo el pasado martes. El juez falló a favor de los propietarios y denegó la ejecución de la prórroga.

Un cierre inesperado

El colectivo de padres afectados explica a este medio que el jardín de infancia de la calle Industria “tenía la orden de cerrar en julio". A pesar de ello, la dirección "continuaba aceptando matrículas para el próximo curso hasta hace un mes”.

Las mismas familias se enteraron de un día para otro del cierre “inesperado”. Uno de los padres, Iban Bernat, explica que “nos enteramos por carta, y algunos por WhatsApp”. Han tenido que buscar una solución in extremis.

Los 50 damnificados denuncian que si el 90% de los niños ya ha encontrado acomodo es únicamente por “la gestión de las familias”. La dirección anterior, y el Consorcio de Educación de Barcelona “no se han preocupado”, explica Bernat.

Cortes de luz y facturas de otra empresa

Tras el cierre de la guardería situada en el barrio de Sagrada Familia, el colectivo de padres tiene una teoría enfundada: “Los familiares de la exdirectora quieren montar un nuevo parvulario”.

Blanca Font, otra de las madres damnificadas indica que “a algunas familias les han llegado recibos en meses diferentes que no se correspondían con los del centro”. Font explica que también “les cortaron la luz durante un mes por no pagar”. Tras el desahucio, “se llevaron todos los muebles que estaban en el local”, declara.

Los padres se han unido y han creado un Ampa para “gestionar la situación”. De esta forma lo explica Vanesa Portela, una de las portavoces. Hoy se reunen con el ayuntamiento al que pedirán "que tome cartas en el asunto".

Acomodo 'in extremis'

De los 50 niños que ocupaban las clases de la escuela, 45 ya han encontrado nuevo acomodo. La mayoría lo han hecho en la guardería Pas a Pas, situada en la Ronda Guinardó. En total, 17 alumnos de P2, un pequeño de P1, y dos bebés de P0.

Pese a estar “muy contentos” con el nuevo centro, algunos padres lamentan que está “lejos de los domicilios”.

La directora, Mónica Berrio, cuenta a Crónica Global que los niños han vuelto de las vacaciones con “mucha energía”, y que se les han preparado “actividades especiales para que no noten los cambios”. Esta escuela ocupa 1.200 metros cuadrados, y ofrece varios espacios donde los pequeños pueden “jugar y realizar tareas experimentales”.

Berrio comenta que “siguen en la misma clase porque se ha mantenido la línea de Sant Agustí”. De Pas a Pas también ha fichado a Nuria, la maestra que tenían antes y con la que los padres estaban “encantados”.