¿Tienes algo que decir antes de morir?
Hasta Siempre es un servicio de legado emocional que se dedica a grabar mensajes para entregar a los familiares de las personas fallecidas
23 diciembre, 2016 00:00Los atentados contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 demostraron que el amor es una fuerza más potente que el odio. En aquel fatídico día de finales de verano, los mensajes de despedida que se enviaron desde los móviles o los ordenadores a familiares y amigos antes del trágico epílogo dieron muestra de ello. Y es que en los momentos más críticos de la vida pensamos en los seres queridos, en lo que queremos dejarles, mostrando nuestros sentimientos más íntimos.
Hastasiempre.es es una plataforma española nacida esta primavera con este fin. Se dedica a grabar en vídeo los últimos mensajes de quienes pronto ya no estarán entre nosotros, y los entregan a los destinatarios elegidos por el cliente (amigos, pareja, familiares) después de su fallecimiento. “Mensajes de amor, despedidas, confesiones o, incluso, recetas secretas de la abuela”, explica la responsable de la plataforma, Arantxa García, para ilustrar qué tipo de servicio presta su empresa.
La idea de Hasta Siempre surgió de una experiencia muy cercana a la muerte que vivió la propia Arantxa: “En ese momento me di cuenta de que si me hubiera ido, habría dejado muchas cosas por decir, muchos sentimientos por transmitir”.
Tabú
El tema del fin de la vida sigue siendo tabú, relegado al ostracismo de una sociedad que exalta la juventud, pero que a menudo vive de espaldas a la muerte. Hablar de esto no resulta fácil, y menos aún planificar cómo va a ser tu despedida. Es por ello que “este servicio de legado emocional” --como lo llaman-- representa algo inédito, que impacta al leer algunos de los testimonios que aparecen en su página web.
Desde Hasta Siempre no esconden que se trata “de un trabajo duro emocionalmente”, pero “gratificante”. Si se mira al asunto desde una vertiente pragmática, se trata de una manera para hacer llegar a los tuyos mensajes imperecederos de tu amor: “En una sociedad con tantos divorcios, rupturas familiares, etc. la confianza de que un mensaje llegue cuando has fallecido es importante”, sostiene Arantxa.
Ser recordado como tú quieres
Hay muchas razones para emitir un mensaje final. Desde la plataforma dan algunas ideas, que van desde “ser recordado como tú quieres”, “ayudar a tus seres queridos a pasar el duelo” o “pedir perdón”, entre muchas otras. “Hay personas que no se ven capaces de pedir perdón o tener un acercamiento con alguna persona con la que estuvo peleada en vida”, relata Arantxa.
En los momentos finales todos quieren irse con la conciencia tranquila. Grabar un vídeo puede parecer para los más conservadores algo extraño, pero, como afirma Arantxa, “en una época en que predomina lo digital y las redes sociales, donde el móvil es una extensión de nuestro cuerpo y nuestra vida, es natural pensar que la gente se quiere despedir audiovisualmente”.
“Nunca mi padre me había hablado tan de tú a tú”
Uno de los aspectos más gratificantes es cuando los clientes de Hasta Siempre reciben el afecto de los familiares. M.L.R es uno de los familiares que recibió un mensaje final de su padre, después de morir de cáncer de colon. Lo relataba así a través de un e-mail: “No sé muy bien cómo expresar lo que sentí al recibirlo, una alegría enorme por volver a escucharle, por oírle decir de nuevo que me quería, por agradecerme el haberle cuidado tanto tiempo, por escuchar pequeñas anécdotas como lo que sintió al sentir mi manita sobre la suya cuando nací. No dejo de ver el vídeo una y mil veces y no dejo de llorar y sonreír emocionada. Nunca mi padre me había hablado tan de tú a tú”.
El recuerdo es parte integrante del negocio de esta empresa. Quien deja un mensaje lo suele hacer para explicar algo que, quizás, no ha sabido comunicar antes o, simplemente, para dejar un legado. Un pequeño recuerdo que se quede grabado para siempre. “Nuestros clientes descansan sabiendo que han podido despedirse y ser recordados como ellos querían”, concluye Arantxa.