Un consejero de Puigdemont amenaza con irse al partido del marido de Arrimadas
Santi Vila advierte a CDC de que fichará por el movimiento Lliures, en el que participan moderados convergentes y de UDC, si veta su candidatura a la alcaldía de Barcelona
6 octubre, 2016 00:00El consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, ha transmitido a su partido, Convergència, su deseo de ser alcaldable por Barcelona. Y, según ha podido saber Crónica Global, ha advertido a sus compañeros de que, en caso contrario, no descarta incorporarse a la plataforma centrista Lliures (Libres), integrada por exdirigentes de CDC y miembros de UDC.
Uno de los impulsores de este movimiento, liberal y humanista, es Xavier Cima, el marido de la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas. La presencia de Cima en este movimiento ha disparado los rumores sobre la posibilidad de que, en un futuro, Lliures dé apoyo a la formación naranja. Algo que ahora mismo no conciben sus impulsores, pues, según afirman, el salto a la política no está dentro de las prioridades. Otra cosa son los proyectos personales de sus integrantes.
El rival de Colau
Santi Vila, el consejero más moderado del Gobierno de Carles Puigdemont, rechaza la independencia unilateral que éste predica. Incluso ha elogiado el centrismo que se impuso en las urnas en las recientes elecciones vascas y gallegas. Algo que sus compañeros de partido le reprocharon duramente.
La opción de la nueva Convergència para competir con Ada Colau en las elecciones municipales de 2019 es Joaquim Forn, aunque algunas fuentes apuntan a que el sucesor natural del exalcalde Xavier Trias no ha decidido todavía si dará el paso.
En contra de las posiciones maximalistas
Junto a Xavier Cima pilotan la citada plataforma centrista el exconsejero de la Generalitat Antoni Fernàndez Teixidó; el exdiputado de UDC Roger Montañola; Xavier Salvatella, y Lluís Monset. El manifiesto de Lliures, que se presentó el martes en Barcelona, llama a superar el “bloqueo institucional” y “la frustración” a la que han conducido “las posiciones maximalistas de los gobiernos catalán y español”. En este sentido, afirman que, después de cinco años, el proceso independentista “no ha logrado ninguno de los objetivos finales y, sin embargo, ha reforzado las formaciones de izquierdas y populistas. “Desgraciadamente --añaden-- los partidos tradicionales, incapaces de hacer frente a esta amenaza, han abandonado la defensa activa de las libertades y del buen gobierno”.
Por ello, abogan por un catalanismo de corte “liberal y humanista”, donde prime la defensa de las libertades individuales, el libre mercado, la moderación fiscal y la simplificación administrativa.