Electos de la CUP en el Parlamento catalán, durante una sesión anterior / EFE

Electos de la CUP en el Parlamento catalán, durante una sesión anterior / EFE

Política

La CUP aplaza su 'harakiri' hasta el debate de política general

Los radicales decidirán si dejan caer el gobierno de Puigdemont tras la moción de confianza, postergando su implosión

28 septiembre, 2016 00:00

Todo aplazado hasta el debate de política general en Cataluña. La CUP decidirá durante la sesión de control anual al Gobierno catalán si sigue apoyando o deja caer al ejecutivo que comanda Carles Puigdemont (CDC). La cuestión de confianza al president que arranca hoy en el Parlament será un mero trámite, y la gobernabilidad se jugará los días 5 y 6 de octubre.

Los anticapitalistas aprobaron la hoja de ruta para el curso político en curso en una asamblea a puerta cerrada el pasado fin de semana. Durante la misma, el rechazo a Puigdemont lo volvieron a verbalizar los delegados de los núcleos de Barcelona y el área metropolitana.

Ahora dirán sí...

Pese a todo, el documento pasó el corte y sirvió para validar una decisión que de hecho ya estaba anunciada: la CUP dará oxígeno a Puigdemont durante la cuestión de confianza que ha convocado el propio presidente de la Generalitat.

Fuentes cercanas al cónclave cupero describen la asamblea como un "aplazamiento del conflicto" que se vive en el seno de la formación en torno al apoyo al gobierno de Junts pel Sí, la coalición de CDC y ERC.

...y la próxima semana se verá

La interinidad del gobierno catalán es tan grande que no se sabe si su socio parlamentario rectificará la próxima semana el apoyo que le prestará el miércoles y el jueves.

"Dependerá de lo que anuncie el president Puigdemont, y de si se movilizan partidas para la secesión con España en los nuevos presupuestos para 2017 que presente Oriol Junqueras --vicepresidente económico del Govern--", explica una fuente cercana.

Tensión interna

La otra derivada, además del gobierno del territorio, es la supervivencia del pequeño partido. La decisión de apoyar o no a Puigdemont marcará el futuro a corto plazo de la CUP.

Si los radicales acaban rompiendo, el ala más nacionalista podría irse, en un calco a la dimisión del 40% de la cúpula tras la primera negativa a los presupuestos de Junqueras.

En el caso contrario, la facción partidaria de acercarse a Podemos y al nuevo partido de Ada Colau podría ser la que dé un paso al frente.