Fotomontaje de Fèlix Millet y Artur Mas / CG

Fotomontaje de Fèlix Millet y Artur Mas / CG

Política

Artur Mas tiene un problema que se llama 3%

El expresidente catalán comparece el miércoles en el Parlamento con toda la oposición en contra, incluida la CUP, el mutismo elocuente de ERC y el rechazo de su partido, PDECat

27 marzo, 2017 00:00

Febrero de 2005. Pleno en el Parlamento catalán. “Su problema se llama 3%”, asegura Pasqual Maragall, a la sazón presidente de la Generalitat, en respuesta a la intervención de Artur Mas, por entonces en la oposición. Fue el delirio. Los convergentes se rasgaron las vestiduras y, tras la tormenta política generada, el dirigente socialista tuvo que pedir disculpas. Doce años después, en efecto, Artur Mas tiene un problema. Deberá responder por él en la Cámara catalana y se llama 3%.

El líder de PDECat comparece el próximo miércoles en la Comisión de Asuntos Institucionales (CAI) del Parlamento catalán después de que toda la oposición, incluida la CUP, pidiera su comparecencia tras las revelaciones de los casos Palau y 3%. El juicio del expolio cometido por Félix Millet y Jordi Montull que estos días se celebra en la Ciudad Judicial ha hecho aflorar el cobro de comisiones del 3% --incluso del 4%-- por la adjudicación de obra pública. Asimismo, el levantamiento del secreto del sumario sobre hechos que también están relacionados con esas mordidas, ha cerrado el cerco entorno a Artur Mas.

Penalmente, nada se ha demostrado en su contra, pero sí hay sospechas respecto a los tesoreros de CDC cuando Mas era secretario general, así como de personas muy próximas, como el exconsejero de Justicia, Germà Gordó. Dicho de otra manera, los partidos de la oposición le reprochan una responsabilidad política, que no penal, que Artur Mas se niega a asumir. Algo que incomoda, y mucho, a su propio partido, incapaz de soltar lastre de la vieja CDC mientras Mas permanezca al frente del partido.

El sospechoso relevo en la cúpula jurídica

El expresident volverá a defender en la CAI la corrección de las adjudicaciones de obra pública efectuadas por la Generalitat, obviando que lo que realmente investiga la Fiscalía es la información confidencial sobre los concursos que supuestamente se habría proporcionado a determinados empresarios. Lo que no podrá justificar es un hecho importante: el relevo de la cúpula jurídica de la Generalitat en 2011 tras tomar posesión como presidente y el cambio de criterio respecto a ejercer la acusación particular en el caso Palau. Cuatro días después de ser nombrada a dedo, la directora del Gabinete Jurídico de la Generalitat, Margarida Gil Domènech --esposa del actual consejero de Interior, Jordi Jané--, revocó la decisión de su antecesor de presentar acusación contra los dirigentes de CDC. ¿Garantizaba Mas su propio blindaje?

'Bolos' mediáticos

Los bolos mediáticos del dirigente convergente para lavar su imagen y explicar su patriótica inhabilitación judicial por la consulta del 9N no están sirviendo de revulsivo a un partido cuya coordinadora, Marta Pascal, tiene que hacer filigranas dialécticas para defender el activo que representa Mas, al tiempo que marca distancias de los casos de corrupción de sus antepasados políticos. Imposible que PDECat remonte electoralmente con los “aromas de corrupción” –como decía el exfiscal jefe de Cataluña, Carlos Jiménez Villarejo— envolviendo el partido.

Por su parte, ERC también mantiene distancias, ha pedido la comparecencia del líder del partido con el que forma coalición de gobierno y se ha guardado mucho de defender a Mas de los ataques recibidos tras las nuevas revelaciones del 3%. Un silencio elocuente en unos momentos de tensión preelectoral.