Se puede decir que los Jordis han sido encarcelados por sus opiniones políticas y quedarnos tan anchos. Aunque sea, sin medias tintas, una mentira. Tanto da que las pronuncie una persona inteligente como el porquero de Agamenón, porque a fuerza de repetirse, resultará que Sánchez y Cuixart han sido invitados a pasar unos días en la prisión de Soto del Real porque no están de acuerdo con el PP.
Escuchar a profesionales de la categoría del periodista Rafael Nadal inmolarse intelectualmente con este asunto de los Jordis genera, más que sorpresa, el convencimiento de que, como especie, no tenemos solución. Recordar el antifranquismo, su paso o cercanía con el PSC, invocar la censura a las libertades políticas y toda esa suerte de maquiavélicas maquinaciones provoca una extraña desazón entre quienes, además de haber trabajado confortablemente a sus órdenes, aún intentamos ejercer la libertad de pensamiento por medios racionales en vez de apelar a vías sentimentales o tan primarias como pasionales.
Decir, como lo hace Oriol Junqueras, que la fuga de empresas tendrá un efecto neutro; sostener, como algunos de sus corifeos periodísticos, que mientras no se cierren oficinas de banca en Cataluña no habrá pasado nada; mentir sin escrúpulos diciendo que las empresas sólo se van nominalmente, pero que todo sigue igual, es cuando menos, propios de inconscientes, fanáticos o adoctrinadores profesionales.
Continúen edificando el nuevo país, la república más moderna de Occidente, gracias a la reiteración ordenada de mentiras, y lleven Cataluña a un terreno del que tardaremos años en salir
Caixabank, el antiguo banco catalán, presentará en los próximos días sus resultados ante los medios de comunicación en la ciudad de... ¡Valencia! Pero, por si eso fuera poco, celebrará su consejo de administración el día anterior, el 23 de este mes, en la ciudad de... ¡Valencia! ¿No era todo un cambio sólo formal sin consecuencias? Ah, resulta que el BBVA tiene la sede social en Bilbao, pero hace esas cosas en Madrid. Y, el Santander, otro tanto. Pero es que Caixabank no ha querido seguir compartiendo con los independentistas irredentos sus intereses. Ni ellos, ni el Banco de Sabadell, ni Mediolanum, ni... La Bruixa d’Or. Y decía Artur Mas (que ha apoquinado sólo 2,2 millones de euros de fianza por ser un presunto delincuente o un nefasto gestor público) que la banca les tenía miedo...
Sigan mintiendo a la población, como hace Junqueras cada vez que Jordi Basté le acerca un micrófono (por cierto, ¿hay una actitud más embustera y cínica que es jamás decir una verdad cuando se es preguntado?). Continúen edificando el nuevo país, la república más moderna de Occidente, gracias a la reiteración ordenada de mentiras. Usen el embuste como bloque de hormigón y la palabrería fácil y populista como mortero. Permanezcan firmes en sus demagogias políticas y lleven Cataluña a un terreno del que tardaremos años en salir, si finalmente alguna vez conseguimos restaurar la cordura en un país que la tuvo y no poca.
En fin, ciertos buenismos, que hoy también se ven amenazados y con sus sedes siendo objeto de vandálicos ataques, y muchas actitudes confusas no son más que la consecuencia histórica de un estado de cosas edificado y sostenido en nuestros días por criterios contrarios a la verdad. No a la verdad absoluta; me refiero a la más primaria, a la ausencia de mentira. Fíjense en ello los que todavía dudan, porque no tiene desperdicio lo que está sucediendo en aras de la construcción nacional.