Isak Andic, propietario del grupo de moda Mango, debe lidiar con una crisis de imagen de marca en Colombia.

Isak Andic, propietario del grupo de moda Mango, debe lidiar con una crisis de imagen de marca en Colombia.

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Isak Andic tiene un problema en Colombia

Mango pone en marcha su equipo jurídico tras la acusación de blanqueo de capitales del narcotráfico contra su socio en las franquicias en el país

12 mayo, 2016 23:15

Isak Andic lidia con un problema de imagen de marca. El nombre de Mango ha aparecido en un caso relacionado con el blanqueo de capitales del narcotráfico en Colombia. La vinculación es tangencial, ya que se trata de un delito que el Tesoro de Estados Unidos atribuye al socio que gestiona las franquicias de la firma en el país, el Grupo Wisa, pero ha propiciado que la compañía desplegara un cordón de seguridad alrededor de su negocio en el país para evitar que su nombre salga mancillado.

El empresario español lidia con este dolor de cabeza desde hace una semana, cuando los negocios de la familia Waked, de origen libanés, fueron incluidos por EEUU a una lista negra de sanciones. El Tesoro también señaló a Nidal Ahmed Waked Hatum y Abdul Mohamed Waked Fares como los supuestos dirigentes de la organización criminal que lavaba dinero procedente del narcotráfico.

Negocios afectados

Los negocios afectados son Balboa Bank and Trust, Vida Panamá (Zona Libre SA), dos periódicos, la firma que vende objetos de lujo La Riviera y el Grupo Wisa, que controla la mayoría de centros comerciales del país donde están ubicadas las franquicias de Mango. La familia negó las acusaciones y ha empezado a tomar medidas para demostrar que no blanquea capitales, como pagar por adelantado las nóminas de los trabajadores por si les congelan las cuentas bancarias.

Colombia tiene un peso destacado en la facturación internacional de Mango. El primer paso que dio Andic para gestionar la crisis de imagen fue comunicar su “expresa constancia del estricto cumplimiento de la legalidad vigente en materia mercantil, fiscal, laboral y en particular, en materia de blanqueo de capitales”.

Código ético

También sacó a relucir su código ético. Sus portavoces recordaron que la firma de moda dispone de “medidas y protocolos internos” para verificar la “legalidad de las actividades de los terceros con los que contrata”. ¿Cómo lo hacen? En los contratos que firman con franquiciados o proveedores se incluye un apartado de buenas prácticas, el denominado corporate compliance.

Una de las principales directivas es que todos los grupos que trabajan con Mango, igual que lo hace la compañía, deberán cumplir “la normativa en materia mercantil, fiscal, laboral y en particular de prevención de terrorismo y de blanqueo de capitales que le sea de aplicación en sus respectivas jurisdicciones”.

Análisis legal

Parece ser que el Grupo Wisa se habría saltado esta directriz. Con todo, los portavoces de la compañía española dejaron la puerta abierta a la presunción de inocencia de su franquiciado frente a las acusaciones del Tesoro estadounidense.

Eso no ha implicado que no hayan tomado medidas. ¿Puede soportar una empresa como Mango una situación como la de Wisa a lo largo del tiempo? La ruptura del contrato es una cuestión que está sobre la mesa, pero como otro de los escenarios posibles de la crisis de imagen internacional.

“El equipo jurídico de Mango, en colaboración con los asesores locales, revisa la situación y se adoptarán las medidas oportunas para preservar el buen nombre y la reputación del grupo”, declararon sus portavoces. 

Trazabilidad de las operaciones

Ponen de relieve que la trazabilidad contable de las operaciones que mantenían con la familia Waked “vertebran en todo caso en torno al preceptivo contrato de franquicias suscrito entre el grupo y sus franquiciados” y que todas ellas están “debidamente registradas con claridad y exactitud en los registros contables del grupo Mango”.

Los financieros del grupo de moda con sede en Palau-solità i Plegamans (Barcelona) no habrían detectado ninguna operación extraña en el negocio con los franquiciados de Colombia, aunque ello no garantiza el resto de actividades que hayan mantenido más allá del negocio de moda español.

Mango debe lidiar con un conflicto de imagen de marca de manual. El grupo debe dar algún paso, aunque por ahora se limita a analizar todas las derivadas de la presunta relación del Grupo Wisa con el narcotráfico de Colombia. El problema sigue sobre la mesa.