Concha Borrell, secretaria general del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS / CG

Concha Borrell, secretaria general del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS / CG

Vida

Concha Borrell: "Los abolicionistas de la prostitución viven instalados en el buenismo"

La secretaria general del polémico sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS defiende el reconocimiento de la relación laboral con los empresarios de 'puticlub'

19 noviembre, 2018 00:00

La cita es en el Hotel Plaza, de Barcelona. Concha Borrell --cuarenta y tantos, bien vestida, aunque sin estridencias-- se acomoda en el bar del hall frente a un agua con gas, dispuesta a contestar nuestras preguntas. Es la secretaria general de OTRAS (Organización de Trabajadoras Sexuales), el sindicato que recientemente protagonizó una sonora polémica por su inscripción en el Registro, dejando en evidencia al Gobierno de Pedro Sánchez. Se declara “puta por devoción” y denuncia que, pese al revuelo formado, mediáticamente “no salen en ninguna parte”.

--¿Qué es un sindicato como OTRAS?

--¿Qué significa trabajadora sexual? Es toda aquella persona que desarrolla su actividad dentro de este sector: puede ser una bailarina; una mujer que hace striptease para una despedida de solteros; la que trabaja en una línea erótica; una webcamer; una actriz o un actor porno; una masajista erótica…

--Pues se las conoce como “el sindicato de las prostitutas”…

--Es que mucha prensa malintencionada habla del “sindicato de las prostitutas”. Pues, no señor. Somos un sindicato de trabajadoras sexuales. Todas esas mujeres que nunca han interesado ni importado a los grandes sindicatos --que nunca han luchado por nuestros derechos porque les parece mal que hagamos este trabajo-- somos las que hemos dicho “hasta aquí hemos llegado”. Tú tienes tus derechos y estás bien cubierto, ¿no? Pues nosotras queremos exactamente lo mismo.

Concha Borrell, secretaria general del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS / CG

Concha Borrell, secretaria general del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS / CG

Concha Borrell, secretaria general de OTRAS

--La mayor parte de lectores desconoce cuál es exactamente la situación legal de la prostitución en España. ¿Es legal, ilegal, alegal?

--Bueno, el término alegal no existe. Es decir, lo que no está ilegalizado, por defecto es legal. Por tanto, el libre ejercicio de la prostitución existe. No hay ningún inconveniente en ello. Ahora bien, ¿qué es lo que está pasando con la prostitución que se está ejerciendo para terceros? Porque es obvio que se está ejerciendo: locales, striptease, burdeles, pisos… Está claro que en estos casos se está trabajando para un empresario.

--¿Qué reivindica su sindicato?

--Lo que pretende el sindicato OTRAS y lo que viene reclamando el sector desde hace muchos años es que aquella gente que trabaja para terceras personas tenga un contrato de trabajo. Ahora mismo no se puede tener ese contrato. Nosotras lo que queremos es pelear por él. Queremos pelear por esas compañeras que no trabajan por cuenta propia porque no quieren o porque no pueden y tienen que hacerlo por cuenta ajena. Y que, al igual que cualquier otro trabajador o trabajadora de este país, tienen derecho a tener un contrato. Queremos derechos laborales para las trabajadoras sexuales, algo tan sencillo como eso. Que puedan coger una baja cuando estén enfermas o un permiso por maternidad; que tengan derecho a jubilación el día de mañana; ¡qué puedan tomarse unas vacaciones! Vamos, cosas muy normales. No se puede mantener sin contrato a doscientas, trescientas o cuatrocientas mil personas en este país sólo porque a ti te parezca mal moralmente. 

--Usted plantea este asunto prácticamente como un tema de libertad personal, de hacer con el propio cuerpo lo que se quiera (hasta venderlo). Pero la opinión dominante, que impulsan sobre todo la izquierda y el feminismo, es que la prostitución equivale a trata de personas, donde se explota a las mujeres más vulnerables (pobres, inmigrantes).

--Eso es falso. Y la prueba está en la misma creación de nuestro sindicato: mujeres explotadas, mujeres machacadas, no pueden fundar un sindicato. Una de cada siete mujeres, según la ONU, se encuentra en situación de trata con explotación sexual. Una de cada siete no llega al 14%. Son cifras a nivel mundial. Y un 14% es una cantidad muy alejada de esa “gran mayoría” de mujeres explotadas sexualmente que se nos vende. Amnistía Internacional publicó un comunicado hace dos años donde se instaba a todos los gobiernos del mundo a que se dejara hacer su trabajo a las trabajadoras sexuales y a dotarlas de derechos laborales. Por tanto, no es que lo digamos nosotras, es que hay organizaciones mundiales muy importantes, que no están financiadas por los traficantes de mujeres, que están dando datos que no tienen absolutamente nada que ver con los que se manejan desde el sector abolicionista.

Manifestación a favor de regular la prostitución, en una imagen de archivo / EFE

Manifestación a favor de regular la prostitución, en una imagen de archivo / EFE

Manifestación a favor de regular la prostitución, en una imagen de archivo

--También se dice que su sindicato favorece los intereses de los proxenetas, ya que su legalización supondría algo así como “blanquear” o “normalizar” una actividad que debería estar prohibida.  

--Te voy a poner un ejemplo: el del puticlub que hay en La Jonquera (Girona). Allí, el empresario les dice a sus trabajadoras a qué hora han de bajar a tratar a los clientes y a qué hora se pueden retirar. Les está cobrando 100 euros la noche por la habitación; además, les cobra las sábanas, los preservativos y… ¡hasta la luz de la habitación! ¿Hay una relación laboral ahí o no? Pues bien, lo que queremos es que ese señor tenga una relación laboral por escrito con sus trabajadoras. Queremos que pague a la Seguridad Social y a Hacienda por sus trabajadoras. ¿Eso es seguirle el juego a los empresarios?

--¿Se considera de izquierdas?

--De toda la vida.

--¿Qué le ha parecido la actitud del Gobierno de Pedro Sánchez en todo el tema de la inscripción de su sindicato en el registro?

--Me parece de pura incultura social, que no entienden la problemática de las trabajadoras sexuales y lo que es peor: no les importa. Me parece impresionante que un partido fundado por los sindicalistas de UGT hace 130 años ponga el grito en el cielo porque el único sector laboral en España que carece de derechos pida sindicarse. ¿Dónde ha quedado el término “socialista” y “obrero” de sus siglas? ¿Dónde su lucha por los trabajadores? ¿Dónde está el PSOE al que he votado tantísimos años?

--¿Y cómo está su situación legal ahora? ¿Están inscritas o no?

--Estamos inscritas, tenemos nuestro código para manejarnos en internet, tenemos CIF… somos absolutamente legales. Y el día 14 de noviembre tuvimos que acudir a la Audiencia Nacional, porque tres organizaciones feministas abolicionistas, dos sevillanas y una catalana, nos denunciaron.

--¿Les han denunciado en base a qué?

--“¡Jó, yo no quiero que esto exista!” (imita la voz de un niño contrariado). Los abolicionistas están en plena rabieta de niño pequeño. Lo que pasa es que las entidades abolicionistas reciben mucho dinero público. APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida), por ejemplo, recibe ella sola en Madrid más de 200.000 euros al año. ¡Es la entidad que promociona Mabel Lozano (la directora del recientemente estrenado documental El Proxeneta)!

--¿Qué piensa de los abolicionistas, inegrados sobre todo por buena parte de la izquierda y el feminismo?

--Es un sector instalado en el buenismo, en “su” buenismo. Es decir, para que yo pueda ejercer de “salvadora”, tú tienes que estar en el papel de víctima. Tienes que estar en un papel absolutamente pasivo. Y como sujeto pasivo, para que yo pueda salvarte, tú necesitas ser salvada. Por eso quieren que se nos vea siempre como víctimas, como explotadas, como personas sin cultura ni estudios… Y no, somos mujeres fuertes, libres y trabajadoras. Muchas trabajadoras sexuales han hecho 20.000 km. para llegar a España, vienen del otro lado del mundo, no saben el idioma y aun así tienen esa fuerza, ese impulso para sacar a su familia adelante… Es curioso que esta izquierda de hoy en día sea tan moralista, y que esté instaurada en un plano tan cercano al catolicismo. Y si yo puedo decidir libremente si quiero (o no) tener un hijo utilizando un preservativo o unos anticonceptivos; o si me quedo embarazada y puedo decidir si quiero tener ese hijo o abortar, también quiero poder decidir si mis relaciones sexuales van a ser libres y gratuitas o libres y bajo cobro.

--Imagine que tiene delante a una feminista abolicionista. ¿Qué le diría?

--Estudia, maja. Lee. Lee sobre feminismo. Y pregúntale a las trabajadoras sexuales qué quieren y qué necesitan.