Una profesora junto a sus alumnos en una clase de Educación Primaria, donde el nivel de castellano es bajo / Jorge Gil (EP)

Una profesora junto a sus alumnos en una clase de Educación Primaria, donde el nivel de castellano es bajo / Jorge Gil (EP)

Vida

Los colegios, el último bastión del coronavirus

El alumnado de Infantil y Primaria, aún sin vacunar, sufre las consecuencias de un virus que no cesa, un hecho que conlleva que siga habiendo niños confinados y padres que no pueden hacerse cargo

7 octubre, 2021 00:00

El Covid-19 deja aún huella en los colegios catalanes, un sector que todavía sufre las consecuencias de este virus a pesar de todas las medidas que se intentan aplicar para prevenirlo. Si el curso anterior terminó con 199 grupos confinados por positivos y 5.602 alumnos aislados --a fecha del 23 de junio--, apenas tres semanas después de iniciarse el nuevo estas mismas cifras son de 228 y 6.921, respectivamente.

Estos datos los proporciona el Departamento de Salud a través de la aplicación Traçacovid, pero no concretan los cursos donde se registra dicha incidencia. No obstante, el protocolo actual sostiene que los vacunados están exentos de hacer cuarentena en caso de tener contacto con un positivo. Así pues, todo indica que la gran mayoría de alumnos que ahora deben quedarse en sus casas por haberse dado un caso de coronavirus en su aula son de Infantil y Primaria, pues pertenecen a la franja de edad que sigue sin poderse inmunizar.

Más alumnos en casa que en clase

Este hecho ha constatado a este medio Mónica Pons, madre de un niño que cursa 3º de ESO en un colegio concertado del centro de Terrassa (Barcelona), que lamenta que no deja de recibir correos electrónicos que anuncian nuevos positivos en Primaria, donde apunta que ahora hay más clases confinadas que en presencialidad. “Nada más empezar el curso ya nos llegaron avisos, pero la mayor concentración se está dando ahora, cuando nos llegan prácticamente a diario”, señala. Aunque su hijo dispone de la pauta completa de vacunación, esto es algo que le preocupa y manifiesta comenzar a estar “muy asustada”, pues cada vez que recibe un nuevo mensaje teme porque le toque a él.

Cree que esto se debe a la falta de inmunización de los más pequeños y a la relajación de las restricciones que, hasta ahora, estaban vigentes en Cataluña. Aunque asegura que el colegio cumple “a rajatabla” el protocolo que Salud marca, señala que una de las medidas que ya no se impone es la de tomar la temperatura al alumnado al entrar al aula. Ahora son los padres los que deben asegurarse de si sus hijos no tienen fiebre antes de llevarlos a la escuela, algo que genera cierta desconfianza para algunos. “Yo no lo he hecho nunca, pero sé de padres que desde antes de la pandemia han llevado a sus hijos con fiebre a clase después de darles un poco de Dalsy”, subraya Pons.

Problemas de conciliación familiar y laboral

Esto es algo que, con la pandemia, se ha vuelto más peligroso, pues lo que antes podía ser una febrícula por un resfriado ahora puede que sea un síntoma de sufrir Covid. En caso de dar positivo, vendrían los confinamientos preventivos por haber mantenido contacto con el contagiado, algo que puede suponer un problema para los padres que trabajan fuera de casa y no pueden hacerse cargo de las criaturas. “Nuestro país tiene una asignatura pendiente respecto a la conciliación familiar y laboral y este era el momento de ponerse a elaborar un plan estatal de conciliación en el que intervengan todos los ministerios”, ha expresado a Crónica Global la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), Leticia Cardenal.

La única opción a la que pueden recurrir las familias que se encuentren en esta situación es el Plan MECUIDA que aprobó el Gobierno al inicio de la epidemia, que se encuentra prorrogado hasta el 28 de febrero. Según explica Luis San José Gras, abogado laboralista en AGM Abogados, este permite “en circunstancias excepcionales por todo lo que esté relacionado con el Covid, redistribuir el tiempo de trabajo o pedir la reducción de jornada”. No obstante, la segunda opción --que puede llegar a ser de hasta el 100%-- implica que también se reduzca una parte del salario.

Una madre teletrabaja desde casa para no dejar solos a sus hijos / PEXELS

Una madre teletrabaja desde casa para no dejar solos a sus hijos / PEXELS

Un derecho individual que debe justificarse

Así pues, en caso de que ambos progenitores deban trabajar y ninguno pueda cuidar de los menores mientras deban guardar cuarentena, éstos podrían negociar con la empresa alguna de estas opciones. “Es un derecho individual, por lo que el trabajador debe elegir qué prefiere hacer y proponerlo a la empresa, con la que lo tendrá que negociar”, apunta Enrique García Echegoyen, abogado y presidente de Derecho Laboral del ICAB, que recuerda que la norma exige que la razón sea “justificada y racional” y que se aporte la documentación que lo pruebe.

No obstante, no todos los padres pueden recurrir al Plan MECUIDA, pues hay empleos que no pueden hacerse desde casa y familias que no pueden permitirse perder una parte de su sueldo. Por esta razón, la presidenta de Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Cataluña (aFFaC), Belén Tascón, pide al Govern que se facilite la baja laboral en estos casos. “Desde el inicio de la pandemia, reclamamos un permiso retribuido, ya que no puede ser que se obligue a un niño a cumplir cuarentena por posible contagio y que sus padres no puedan faltar a su trabajo sin perder dinero”, ha apostillado. Por ello, desde la asociación insisten en la necesidad de un cambio en las condiciones para que, dada la situación que se sigue viviendo en los colegios, los padres dispongan de más facilidades para poder hacerse cargo de sus hijos cuando las circunstancias lo requieran.