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La oleada de alunizajes que sacudió Montcada i Reixac (Barcelona) a principios de noviembre no ha terminado. Al contrario: evoluciona.

La pasada madrugada, cuando faltaban apenas veinte minutos para las cuatro, una conocida panadería situada en la calle Mayor —arteria principal y uno de los ejes comerciales más transitados del municipio— ha sido víctima de un asalto violento perfectamente planificado.

El método vuelve a ser el mismo. Un turismo que constaba como sustraído ha sido empotrado hasta en dos ocasiones contra la persiana metálica del local.

Dos golpes secos y consecutivos que han destrozado la entrada, han roto los cristales y permitido el acceso al interior del establecimiento en cuestión de segundos.

A por la caja 

Las imágenes a las que ha tenido acceso Crónica Global en exclusiva muestran con claridad cómo tres individuos, con guantes y fundas cubre zapatos, acceden al interior del local sin dudar.

No rebuscan. No improvisan. Van directos a su objetivo: una caja inteligente situada en uno de los extremos del mostrador.

La arrancan de cuajo en menos de un minuto. Los asaltantes intentan repetir la operación con una segunda caja, ubicada en otro punto del establecimiento, pero en ese momento salta la alarma.

La reacción es inmediata. Huyen de forma precipitada y abandonan el lugar antes de que puedan llegar las primeras patrullas.

Un segundo intento fallido 

Pero la actividad delictiva no se limitó a la panadería. Esa misma madrugada, los autores intentaron acceder a una carnicería situada justo al lado, también en la calle Mayor.

Sin embargo, en este caso no lograron forzar la entrada y el asalto quedó en tentativa, según han confirmado fuentes conocedoras del operativo.

Este segundo intento refuerza la hipótesis de que la célula actuó en batería, explorando varios objetivos en un mismo punto y en una franja horaria muy concreta.

Mejoran el 'modus operandi'

A primera hora de la mañana, agentes de la policía científica de los Mossos d'Esquadra se han personado en la panadería para realizar la inspección ocular y recoger indicios.

Según han trasladado a los propietarios, el asalto evidencia un elevado grado de profesionalización y apunta a una célula especializada en este tipo de robos.

Hay un detalle que ha llamado especialmente la atención de los investigadores: los autores se han cubierto los pies.

No es un gesto menor. En el segundo alunizaje cometido el pasado noviembre en una farmacia del centro de Montcada, los asaltantes pisaron la arenilla de una maceta y dejaron varias huellas de calzado perfectamente visibles en el interior del local.

Si se confirma —como todo indica— que se trata de la misma batería de ladrones, los investigadores hablan ya de un salto cualitativo en su forma de actuar, aprendiendo de errores previos y afinando cada detalle para minimizar pruebas.

Coche robado y abandono exprés

El patrón se repite también en la huida. El vehículo utilizado para el alunizaje, igualmente robado, ha sido abandonado a escasos metros del lugar del asalto, tal y como ocurrió en el ataque a la segunda farmacia del municipio.

Entonces, el coche apareció horas después en una zona de aparcamiento muy próxima al establecimiento asaltado.

Un modus operandi que apunta a un conocimiento preciso del entorno urbano y a una logística pensada para actuar rápido y desaparecer.

"El pan de cada día"

Mientras los operarios trabajaban a contrarreloj para devolver la normalidad al local, los propietarios no ocultaban su indignación.

Lamentan que este tipo de asaltos violentos se estén normalizando en Montcada i Reixac, un municipio del área metropolitana de Barcelona que en apenas unas semanas ha encadenado hasta tres episodios de extrema violencia contra comercios.

La investigación sigue abierta y no se descarta que este nuevo alunizaje esté directamente relacionado con los cometidos semanas atrás en farmacias del mismo municipio.