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El mundo del fútbol da muchas vueltas. Se ven historias de todo tipo. Fuertes lealtades y traiciones imperdonables. Talentos inmensos que no se establecen en la élite y jugadores poco talentosos que brillan en grandes elencos. La vida personal en muchas ocasiones opaca carreras que apuntan a ser recordadas por el paso de los años. También hay casos en los que atletas representan a países de los que no sabían que tenían nacionalidad, como Iván Balliu con Albania. La realidad supera a la ficción en ocasiones.

No obstante, la historia tratada en estas líneas es de lo más surrealista. Ni siquiera Luis Buñuel se imaginaría algo tan enrevesado. Se trata de un expediente prácticamente inédito. Nacido en Cataluña, se nacionalizó en Indonesia y defiende la bandera de la nación asiática por raíces familiares. Hasta ahí, aunque es particular por la distancia entre territorios, no es tan extraño. Lo más curioso es que compagina el fútbol con gobernar un territorio.

Carrera deportiva

El protagonista de esta situación es Jordi Amat. Nacido en Canet de Mar un 21 de marzo de 1992, desarrolló los primeros años de su carrera con normalidad. Empezó en el equipo de su localidad. El RCD Espanyol lo firmó con 17 años. Se formó en La 21 y se estableció en el primer equipo, hasta que el Swansea City de la Premier League lo fichó en 2013 por 2,9 millones de euros.

Jordi Amat en su etapa como jugador del RCD Espanyol X

Tras cuatro cursos, uno cedido en el Real Betis, en los que las lesiones no le permitieron tener demasiada presencia, abandonó el club inglés en 2018. Recaló en el Rayo Vallecano, donde ya había estado prestado durante su etapa como perico. Tras solo una campaña, salió cedido al KAS Eupen belga. El cuadro flamenco terminó consiguiendo su propiedad.

Jordi Amat, en su etapa como jugador del Rayo Vallecano, recibiendo una regañina del colegiado Alberola Rojas EFE

Rizar el rizo

El 2022 es un año importante en la carrera de Jordi Amat. Abandonó el KAS Eupen y fichó por el Johor DT malayo. Además, se nacionalizó como futbolista de Indonesia. Hizo su debut internacional como titular, un día antes de Nochebuena, ante Camboya. No obstante, el acontecimiento más sorprendente ocurrió un mes después, en enero de 2023.

Jordi Amat en su recibimiento de la nacionalidad indonesia EFE

Fue nombrado rajá, príncipe, en la isla de Siau. Forma parte del archipiélago de Sangir y cuenta con unos 22.000 habitantes. Sus antepasados habían ostentado este cargo, por lo que él era el heredero. “De pequeño, la abuela me contaba que yo era el príncipe heredero, pero pensaba que era un cuento y poco más. No me va a cambiar mucho la vida”, reveló Amat en su día en el programa Tot es mou de TV3.

Su presente

Este verano ha fichado por el Persija de la Super League de Indonesia. Acumula 12 partidos jugados, solo se ha perdido uno por sanción. Respecto al combinado nacional, ya son 19 encuentros los que lleva disputados. En 2023 explicó a Marca su cambio: “He sido internacional por España en todas las categorías inferiores, pero siempre supe de la posibilidad de nacionalizarme indonesio por mi abuela. El año pasado, mientras estaba en el Eupen, valoré la opción y empezamos las gestiones”.

Su tatarabuelo fue el rajá de Siau. Su abuela, la princesa. Ahora, Jordi Amat es el príncipe, mientras mantiene su carrera deportiva. Cabe destacar que las funciones del rajá se fueron reduciendo progresivamente hasta quedar como una autoridad simbólica o local. Su utilidad es narrativa, simbólica y folclórica, no funcional. Es una figura del pasado que sobrevive como eco histórico, no como actor del presente. Sin embargo, está claro que la historia es, cuanto menos, curiosa.

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