Cambios en el acceso a Montserrat: qué sucede y cómo afecta a los visitantes

La montaña de Montserrat es una de las más conocidas de Barcelona. Da nombre a barrios de otros países e inspira numerosas historias.

De aquí nacen la leyenda del Timbaler del Bruc, que asustó a las tropas napoleónicas; el virolai revolucionario en tiempos de Franco, y el mito urbano del avistamiento de ovnis. Por eso, y por la enorme abadía que alberga, Montserrat es un famoso lugar de peregrinación para locales y foráneos.

Esto ha hecho que acceder a ella sea más que necesario. En los viejos tiempos se peregrinaba a pie —y todavía se hace—, incluso senderistas profesionales ateos. Acceder en coche o en bus también es costumbre, pero hay otros métodos típicos y modernos.

Desde hace años se puede subir hasta el monasterio de Montserrat en tren cremallera y en teleférico. Y uno de estos medios de transporte va a sufrir algunos cambios.

Razones para el cambio

El episodio reciente de lluvias torrenciales de las últimas semanas puso en evidencia la vulnerabilidad del sistema actual. Hubo cortes simultáneos en las dos carreteras principales de acceso, y las únicas vías operativas para entrar y salir de allí eran el Aeri y el cremallera.

Esto fue solo un aviso, pero también ha servido de excusa perfecta para que la Generalitat y la Abadía pongan en marcha un plan largamente pensado: reducir el acceso de vehículos a la zona del templo.

Qué cambia

Para ello han decidido tomar medidas. El acceso a la montaña de Montserrat va a cambiar o, cuanto menos, se modificarán los medios de transporte alternativos al vehículo privado.

El cambio más importante lo va a experimentar el Aeri de Montserrat, el teleférico que durante casi un siglo ha conectado el valle del Llobregat con el santuario.

Este símbolo de la montaña lleva funcionando desde finales de los años veinte y se ha convertido no solo en un medio de transporte, sino en una experiencia icónica para quienes suben al monasterio.

Sin embargo, sus más de 90 años de vida empiezan a pesar: la infraestructura necesita modernizarse y adaptarse a la demanda actual.

Un nuevo teleférico

La Generalitat y la Abadía de Montserrat han firmado un acuerdo para impulsar la renovación integral del teleférico. Seguirá en el mismo lugar donde opera desde hace casi un siglo, pero sufrirá cambios.

La nueva versión buscará incrementar la capacidad de pasajeros, mejorar la seguridad y garantizar que pueda operar incluso en condiciones meteorológicas más adversas, un factor clave en una montaña conocida por sus fuertes episodios de lluvia.

Qué implica

Una cabina del actual teleférico puede transportar 35 personas y, en total, mueve cerca de 300.000 pasajeros al año, pero las necesidades del lugar superan ya estas cifras.

Aun así, las autoridades insisten en que el nuevo teleférico no busca aumentar el número total de visitantes, sino gestionar mejor su llegada, evitando que la montaña soporte más tráfico del que puede asumir.

Lo que no han aclarado los dos responsables de este medio de transporte es cómo afectarán los cambios. No se sabe si durante las obras el Aeri va a dejar de estar operativo.

Lo que sí adelantan es la creación de una fórmula de gestión mixta —entre la Abadía y Ferrocarrils de la Generalitat— para asegurar su viabilidad y explotación futura.

Más allá del Aeri

Pero esta no será la única modificación: también se estudian nuevas soluciones en carreteras, aparcamientos y conexiones ferroviarias.

El papel de la línea R5 de Ferrocarrils, que conecta Barcelona con el Bages y es la base del acceso en transporte público, también va a experimentar mejoras. Al menos, esa es la intención.

Modificaciones en tren y carretera

El proyecto prevé estudiar cómo hacer más ágiles los enlaces entre el tren y el teleférico, así como optimizar los accesos al aparcamiento situado en la estación inferior del Aeri.

En paralelo, se analizarán intervenciones en las carreteras principales de acceso a la montaña. Las rutas por la BP-1103 (desde Can Maçana) y por la BP-1121 (desde Monistrol) presentan problemas de saturación, especialmente en fines de semana y festivos.

También se examinarán alternativas para mejorar el puente que une la C-55 con la estación inferior del Aeri. El objetivo es claro: evitar cuellos de botella y facilitar los movimientos tanto de visitantes como de los autocares turísticos, que forman parte esencial del dispositivo de movilidad colectiva.

El aparcamiento del recinto del santuario y las zonas de estacionamiento del parque natural también entran en revisión. Se busca que el entorno sea más ordenado y que la presión sobre el macizo disminuya.