Cataluña sospecha que el brote de peste porcina africana que tiene en vilo al sector cárnico y a la economía en general puede hallarse en un bocadillo de embutido contaminado. "La probabilidad es alta", ha explicado este lunes el conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig.
Según ha detallado, los casos sospechosos se concentran en el entorno de Cerdanyola del Vallès, donde aparecieron los primeros positivos de jabalíes. Alguno de ellos pudo comer un bocadillo de la basura. La zona afectada se mantiene acotada en un radio de seis kilómetros, aunque se vigila un perímetro de hasta 20 kilómetros que podría ampliarse si surgieran nuevos contagios.
Consecuencias
Las pruebas realizadas en las explotaciones porcinas dentro de ese ámbito de control, así como en las cercanas, han descartado por ahora la presencia del virus en granjas catalanas. Aun así, China ha paralizado de forma preventiva las compras a una docena de empresas cárnicas de Barcelona.
El impacto económico empieza a ser notable: las exportaciones catalanas de carne han quedado retenidas en más de un centenar de países, y la reapertura de esos mercados internacionales se prevé lenta y complicada.
Ante este escenario, Ordeig pidió colaboración ciudadana para cumplir las restricciones y lamentó la elevada presencia de jabalíes en el territorio catalán. También, insistió en la necesidad de reducir de manera contundente la población de estos animales para evitar nuevos episodios de este tipo.
Medidas
Desde el pasado viernes, la Generalitat ha vetado la entrada a las zonas afectadas. Durante el fin de semana, muchos ciclistas y paseantes comprobaron como los accesos del Parque de Collserola estaban cerrados.
Se ha prohibido el paso de vecinos y visitantes, aunque muchos ya han incumplido estas restricciones. Por ello, Ordeig ha anunciado que habrá 'tolerancia cero' con quienes no cumplan las normas, con la aplicación de sanciones. Estas son las zonas vetadas.
