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El otoño en Cataluña es tiempo de sabores típicos de la temporada, cuando las calles se llenan de aromas, de frutos secos y de dulces tradicionales. Durante las celebraciones de Todos los Santos se asan castañas y se preparan boniatos al horno, ofreciendo un sabor cálido y reconfortante propio de las tardes frescas.

Entre los dulces, los pequeños mazapanes recubiertos de piñones, almendras o coco se convierten en protagonistas de reuniones familiares y paseos otoñales, evocando siglos de historia y tradición catalana.

La feria de Begur

Cada otoño, Begur se viste de fiesta para celebrar una de las tradiciones más arraigadas de la cultura catalana: la Feria de la Castañera. Este evento tiene lugar del viernes, 31 de octubre al domingo, 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración de la Castañada y Todos los Santos.

Las calles del centro histórico del pueblo se llenan de paradas con castañas tostadas, panellets, boniatos y otros productos de temporada. La figura de la castañera, una anciana vestida con ropa de abrigo y pañuelo en la cabeza, es la protagonista indiscutible del evento; ya que a menudo se la puede ver repartiendo castañas calientes entre los asistentes, sobre todo a los más pequeños.

Además de los puestos gastronómicos, también hay actividades para toda la familia: talleres infantiles, cuentacuentos, espectáculos de calle y música en directo. Los escolares del pueblo participan activamente en la fiesta con canciones y representaciones teatrales sobre la leyenda de la castañera.

Esta feria es una cita imprescindible para todos aquellos que quieren vivir de cerca una tradición muy nuestra, rodeados de un ambiente acogedor, familiar y lleno de aromas del otoño.

Qué ver en Begur

El municipio de Begur, en la comarca del Baix Empordà (Girona), es un destino que combina historia, naturaleza y litoral con un encanto muy distintivo. Está situado a unos 200 m de altitud respecto al nivel del mar, lo que le aporta una vista privilegiada sobre la costa.

Calles empedradas, casas de piedra, plazas amables y una arquitectura que mezcla lo tradicional con el legado de los 'indianos' -los emigrantes que volvieron de América con fortuna-. En la plaza principal, la Plaça de la Vila, se celebra el mercado semanal los miércoles, lo que mantiene vivo el pulso local. Otro elemento destacable es el conjunto de torres de defensa (como la Torre de Sant Ramon) que recuerdan a la época en que la costa se debía proteger de incursiones piratas.

Desde lo alto del casco urbano se alzan los restos del Castillo de Begur, construido siglos atrás para dominar el territorio. Hoy quedan murallas y torres que permiten disfrutar de vistas amplias tanto hacia el interior como al mar. Junto a esto, se encuentra la 'Ruta de los Miradores' que propone hasta 17 puntos señalizados alrededor del municipio, desde los cuales admirar la costa, las colinas y el mar: algunos accesibles en coche y otros caminando por senderos.

El litoral de Begur

El litoral de Begur es un auténtico imán. Playas como la Cala Aiguablava, con arena fina y agua de tono turquesa, cuentan entre las más bellas de la zona. También, existe la Cala Illa Roja, más pequeña, más recogida, con arenal rojizo y carácter virgen; ideal para quienes buscan algo menos concurrido. Y si te apetece caminar, los senderos del 'camí de ronda' bordean acantilados y unen calitas escondidas, añadiendo un plus de aventura y paisaje natural.

El entorno natural que rodea Begur, entre pinos, rocas y mar, invita tanto a la tranquilidad como a la exploración: caminatas al atardecer, miradas hacia el horizonte y un paseo sin prisas por la costa. Según algunas valoraciones de prensa, es un destino que permite disfrutar sin agobios de turismo excesivo. Además, la gastronomía local suma al encanto: platos mediterráneos cocinados con producto del mar.

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