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Jordi Cruz sigue al frente de varios restaurantes de alto nivel en Barcelona, con un total de cinco estrellas Michelin repartidas entre sus proyectos: tres en ABaC Restaurant, una en Angle y otra en Atempo. Al mismo tiempo, se mantiene como juez del programa televisivo MasterChef España, lo que refuerza su presencia pública y mediática.

En el ámbito personal y profesional, ha expresado que está orientando su vida hacia un mayor equilibrio entre su carrera y su faceta de padre, ya que lo considera clave el estar presente en la vida de sus hijos. Además, ha abordado públicamente temas como la jornada laboral en hostelería, señalando que en sus locales han tenido que 'pasar de jornadas de 14 horas a 8 horas por día', y que observa una menor vocación de los jóvenes para trabajar como camareros en el sector.

La casa de Jordi Cruz

La casa de Jordi Cruz está ubicada en la zona alta de Barcelona, en el distrito de Sarrià‑Sant Gervasi, concretamente, en una urbanización de la sierra de Collserola.

El chef catalán reside allí junto a su mujer, la arquitecta brasileña Rebecca Lima, y sus hijos Noah y Nico en un refinado chalet de dos plantas; que combina arquitectura contemporánea, diseño cuidado y funcionalidad familiar.

La vivienda, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, despliega una estética limpia y serena: predominan los tonos blancos, los suelos de madera cálida y los elementos discretos de cristal, como la barandilla de la escalera, que amplían visualmente los espacios.

En el salón destaca un gran ventanal, que conecta con el exterior y deja pasar una abundante luz natural, mientras que los detalles en negro -como las sillas en el comedor- aportan un contrapunto sofisticado al conjunto.

Otros habitáculos

En un hogar así para un cocinero profesional, no sorprende que la casa posea dos cocinas abiertas con islas centrales. En ellas se conjugan muebles de tonos oscuros con madera clara en el suelo, manteniendo la coherencia estética con el resto de la casa. El comedor, con una mesa rectangular de líneas sobrias, se convierte en el centro de las reuniones familiares y de amigos, donde Jordi Cruz puede desplegar su creatividad culinaria.

La habitación de Noah, el hijo mayor de la pareja, sigue la línea estética de la vivienda: blanco, beige y madera como protagonistas, en un ambiente cálido, infantil y a la vez flexible para adaptarse con el tiempo al crecimiento del niño.



Por otra parte, los espacios de almacenaje están integrados con discreción. Por ejemplo, armarios lacados en blanco y un espejo apoyado en el suelo, que aporta un guiño desenfadado al diseño interior.

Vivir en Barcelona

Vivir en el distrito de Sarrià‑Sant Gervasi, y más concretamente en una urbanización en la sierra de Collserola, implica disfrutar de un entorno residencial exclusivo, tranquilo y lleno de naturaleza, muy alejado del bullicio del centro de Barcelona. Este distrito es conocido por sus calles arboladas, plazas amplias y un ambiente de barrio elegante, donde predominan viviendas unifamiliares, chalets y pequeños edificios de pocos pisos. La combinación de servicios de proximidad -como supermercados, colegios y centros de salud- con la calma de sus calles lo convierte en un lugar ideal para familias y personas que buscan calidad de vida.

La sierra de Collserola ofrece un aire más puro y espacios verdes excepcionales, con rutas de senderismo, ciclovías y miradores sobre toda la ciudad. Las urbanizaciones aquí suelen estar construidas aprovechando la pendiente del terreno, con casas que cuentan con vistas panorámicas de la ciudad Condal y, en muchos casos, con jardines privados y piscinas. 

Desde el punto de vista de la conectividad, aunque tiene un aire residencial y apartado, no está desconectado: varias líneas de metro y autobús comunican la zona con el centro de la ciudad en menos de 30 minutos.

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