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Sant Hilari Sacalm (Girona) se convirtió este lunes en escenario de un acontecimiento algo convulso: exigir la dimisión de su alcalde, Jordi Rotllant. ¿El motivo? La elevada subida del recibo del agua, un auge derivado de la municipalización del servicio.

En este escenario, más de 500 personas se manifestaron de forma espontánea ayer. A través de las redes sociales y sin notificación previa, los vecinos consiguieron emplazarse y reunir a cerca del 10% de la población del municipio.

“Una subida insultante”

La concentración comenzó a primera hora de la tarde del lunes en la plaza del ayuntamiento, donde decenas de vecinos expresaron su indignación por lo que consideran un aumento “desmesurado” e “insultante” del precio del agua. Muchos denunciaron que el nuevo recibo está poniendo en aprietos a numerosas familias.

Algunos vecinos del municipio han asegurado que han recibido facturas de 300 euros e incluso que las subidas han afectado a pequeños comercios locales, que ahora se ven obligados a apretarse el cinturón para llegar a final de mes. 

El ayuntamiento admite errores

Ante la presión vecinal, Jordi Rotllant (PIG-IdSelva) reconoció en público “dos grandes errores” en la aplicación de las nuevas tarifas. El primero, explicó, fue el aumento repentino en los recibos domésticos. “Hemos cometido errores en el cálculo y estamos trabajando para corregirlos”, señaló.

El segundo fallo, según él, se produjo cuando la empresa municipal Aigües de Sacalm clasificó erróneamente a algunos pequeños negocios como industrias, lo que provocó facturas mucho más elevadas. El consistorio ha prometido enmendar la situación y aplicar un modelo progresivo de tarifas que suavice el impacto económico, aunque eso retrase algunas inversiones previstas.

Defensa del modelo municipal

Pese a las críticas, Rotllant defendió la municipalización del servicio, que llegó tras un largo litigio con la anterior concesionaria. “Es el mejor sistema y a la larga será beneficioso para el pueblo”, insistió.

El alcalde atribuyó parte del incremento a los mayores costes de producción, recordando que Sant Hilari está situado en una zona elevada y el transporte del agua resulta más caro. Además, la nueva factura incluye la tasa de alcantarillado, que antes se cobraba por separado.

Rotllant también apuntó que durante los años de disputa judicial con la antigua empresa el precio del agua se mantuvo congelado y no se realizaron inversiones en la red, lo que ha contribuido a la situación actual.