El Tribunal Supremo ha ratificado la condena contra el subinspector de Mossos d'Esquadra Xavier A., castigado con seis meses de cárcel y otros seis de inhabilitación para trabajar como policía por acosar a una agente que se había acogido a la reducción de jornada por maternidad en Granollers (Barcelona).
La víctima, que ha desarrollado un trastorno bipolar a raíz de estos hechos cuya resolución ha tardado una década, asegura que este hombre le ha "hundido la vida". De hecho, tiene una incapacidad permanente absoluta por esta enfermedad mental. Él, por su parte, lleva tiempo apartado del cuerpo, pero está hoy vinculado a la seguridad privada.
“Vales la mitad”
La pesadilla de la víctima comenzó en 2013, cuando se reincorporó a la comisaría de Granollers tras su maternidad. Eso sí, pidió la reducción de jornada para cuidar de su hija. Nunca pensó en que ello le causaría problema alguno, pues ya había actuado de igual modo cuando fue madre por primera vez. Pero con Xavier A. fue distinto, avanza El País.
El hoy condenado se había incorporado como jefe de investigación a dicha comisaría en 2012, cuando la mujer estaba embarazada. Los problemas comenzaron cuando la madre regresó de su baja. Entonces, según acredita la sentencia, apartó a la agente de su unidad de policía científica y la relegó a tareas puramente administrativas.
Aislamiento y humillaciones
Según recoge la sentencia, Xavier A. le llegó a decirle frases como “vales la mitad que tus compañeros”, con la intención de castigarla por ejercer sus derechos como madre trabajadora. Asimismo, el fallo destaca el componente de discriminación por razón de género, al considerar que el mando buscó “penalizar” a la mujer por acogerse a un derecho legal. El acoso se prolongó durante casi dos años.
Durante ese tiempo, la agente fue enviada a un despacho aislado, sin teléfono, sin reuniones y sin contacto con el equipo. El subinspector la marginó de la actividad habitual y, en una ocasión, la insultó en su despacho con expresiones machistas como “estás supersexi” o “me encanta ver a una mujer llorar”. La situación derivó en una crisis de ansiedad.
Secuelas permanentes
En 2017, le fue reconocida una incapacidad permanente absoluta por un trastorno bipolar tipo II. La justicia atribuye directamente esta dolencia a las “estrategias de ataque” del mando para destruir su autoestima.
El subinspector, de 52 años, fue apartado del cuerpo. Actualmente, trabaja en el sector privado, en tareas relacionadas con la seguridad.
Más denuncias internas
Durante la investigación de Asuntos Internos, se descubrió que no era un caso aislado. El mando había protagonizado conflictos con al menos cinco agentes más, todos ellos documentados en expedientes internos.
Aun así, la Generalitat de Cataluña intentó que fuera absuelto, alegando que así se evitaría el pago de la indemnización fijada en casi 150.000 euros (es la Administración la que asume el pago si el condenado no lo hace). La víctima califica la sentencia como una victoria agridulce.
“Me ha jodido la vida”
“Este hombre me ha jodido la vida y eso no me lo quitará nadie”, declaró la agente tras conocer la resolución.
Diez años después, la mujer asegura que por fin siente “una pequeña reparación”, aunque las secuelas persisten.
