Primer paso al frente contra el cuello de botella más temido del Baix Llobregat (Barcelona): el de la C-32 entre Gavà y Sant Boi, donde los autobuses exprés pierden cada mañana su condición de exprés.
El consistorio de Viladecans (Barcelona) ha aprobado una moción que pide a la Generalitat, propietaria de la vía, un estudio de viabilidad para construir un carril bus segregado que conecte el Delta con el nudo del Llobregat, punto de enlace con las Rondas y la C-31. La propuesta ha salido adelante con el apoyo de PSC, ERC, En Comú Podem y PP, y la abstención de Vox.
El teniente de alcalde de Planificación Territorial y Movilidad, Jordi Mazón, explica a Crónica Global que la iniciativa llevaba tiempo sobre la mesa, pero el contexto la ha acelerado: "Rodalies, que mejorará en los próximos años, ahora no funciona como debería, y eso empuja a mucha gente al coche. Pero los buses exprés también se quedan atrapados en el mismo atasco. Es el pez que se muerde la cola", resume.
La línea de bus exprés X84
El edil insiste en que la idea no es restar un carril al tráfico general, sino añadir uno específico para transporte público, lo que permitiría ganar eficiencia y reducir emisiones: "Viladecans aspira a ser una ciudad neutra en carbono en 2030. Y sumar un carril bus aseguraría una conexión rápida, lo que haría todavía más atractiva la opción del bus como alternativa al coche".
"A las 7:30 se avanza a uno por hora"
El colapso es tan rutinario que los usuarios ya lo asumen como parte del paisaje. Miles de vehículos procedentes de Castelldefels, Gavà, Viladecans y Sant Boi se incorporan a la C-32 rumbo a Barcelona, formando una de las zonas más congestionadas del área metropolitana.
Allí circulan las principales líneas exprés metropolitanas —E81, E86, E95, E97 y E98—, además de las líneas X80, X83, X84 y X86, que conectan directamente con María Cristina o plaza Espanya. Todas ellas, diseñadas para ser rápidas, acaban perdiendo su ventaja por el colapso recurrente.
Una imagen del tráfico en la C-32 a primera hora de la mañana visto desde el interior de un autobús exprés
Elsa, estudiante universitaria de Viladecans, tarda más de una hora en llegar a la zona universitaria de Barcelona: "En hora punta parece que el bus avance a uno por hora. Lo tengo comprobado: tardo menos si cojo las líneas que pasan por varios municipios y tienen el triple de paradas que si viajo con un exprés que por la autopista", explica.
Suele coger el X84 o el L97, aunque señala que todos van "petadísimos": "En la segunda parada ya vas de pie. Pero aun así, el bus es más fiable que el tren. Rodalies es una ruleta rusa".
Lisa, profesora universitaria de Gavà, lo vive igual: "Hasta las 6:45 llegas rápido, en 25 minutos. A partir de las 7:15, puedes tardar una hora. Hay un embudo brutal entre Viladecans y Sant Boi. El bus va lleno y el tren no es fiable. La idea del carril bus me parece genial: si el bus gana tiempo, la gente lo cogería más".
Apoyos en el Delta
El acuerdo aprobado por el pleno pide a la Generalitat la redacción de un estudio técnico de viabilidad sobre el carril bus, con el objetivo de determinar si puede implantarse sin afectar el flujo general de tráfico.
La propuesta de Viladecans no ha encontrado resistencia entre los municipios del entorno. Desde Gavà, el consistorio celebra que se estudie cualquier medida que "haga el bus más competitivo frente al coche".
La línea de autobús exprés X86
En Sant Boi, el gobierno local comparte el planteamiento, aunque con prudencia: "Todo lo que favorezca el transporte público es positivo. La Generalitat tiene que valorarlo", señalan fuentes municipales.
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que gestiona las líneas exprés, también avala el estudio: "Damos apoyo a cualquier medida que mejore la prioridad y la circulación del transporte público en relación con el tráfico", aseguran a este digital.
El Departament de Territori, responsable de la gestión de la C-32, ha sido contactado para conocer su posición sobre la iniciativa. Hasta el momento de publicar esta información, no se había recibido respuesta.
De la C-58 a la C-32: los precedentes
La medida no sería inédita. El carril bus-VAO de la C-58, entre Sabadell y Barcelona, demostró que la segregación del tráfico puede reducir tiempos y emisiones sin afectar al flujo general.
También ha funcionado un proyecto similar en la B-23, desde Sant Feliu de Llobregat hasta la Diagonal de Barcelona, y se han hecho pruebas puntuales en la C-31, en Badalona.
El reto, según Mazón, es técnico y económico: "La Generalitat nos dice que es complicado, no imposible. Si fuimos capaces de llegar a la Luna, también podemos hacer un carril bus en la C-32 que beneficiará a todos", bromea.
