El auditorio del Fórum de Barcelona se ha vuelto a vestir de gala para acoger, un año más, la celebración del Día del Patrón: una jornada muy especial para la Policía Nacional, en la que se condecora a los agentes que han liderado operativos relevantes o protagonizado acciones humanitarias de especial valor.
Este es el caso del subinspector del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) de la Jefatura Superior de Cataluña que salvó la vida de un hombre en Castelldefels (Barcelona) cuando estaba a punto de ahogarse, exhausto, intentando rescatar a dos menores que no podían salir del mar.
Los hechos sucedieron la mañana del pasado 21 de abril. Meses después, el cuerpo reconoce aquella actuación instintiva, pero heroica a partes iguales, con una medalla al mérito policial con distintivo rojo.
Una actuación de riesgo
Para el subinspector —cuya identidad prefiere mantener en el anonimato— fueron los minutos más largos de su vida, recuerda. Ya con la emoción reposada, rememora a preguntas de Crónica Global cómo vivió aquel rescate.
No fue fácil. El mar estaba embravecido y no se lo puso nada sencillo. El hombre, desesperado, se lanzó al agua para ayudar a las niñas, pero la corriente lo arrastró mar adentro.
Imagen de los servicios de emergencias, el día de los hechos en la playa de Castelldefels
Estaba a punto de rendirse cuando el subinspector, que había acudido a socorrer a las menores, cambió de dirección al oír sus gritos pidiendo auxilio. Lo sujetó por la espalda y consiguió mantenerlo a flote.
A lo lejos, otras personas se acercaban ya hasta el punto donde estaban las niñas. Un tercero ayudó al subinspector y al hombre a alcanzar la orilla. Fueron minutos eternos. El peso de la ropa mojada dificultaba cada brazada, pero finalmente llegaron a tierra. El hombre, aunque exhausto, seguía consciente.
Volvió al mar una segunda vez
Lo colocaron de lado, como marca el protocolo, y agentes de la Guardia Urbana de Castelldefels se hicieron cargo de él mientras el subinspector regresaba al mar para ayudar a las menores, que aún seguían luchando contra las olas. Logró rescatar a una de ellas, mientras varios bañistas asistían a la otra. Todos llegaron a la orilla sanos y salvos.
Su formación en el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) fue clave para mantener la calma y aplicar las maniobras adecuadas en un contexto límite: cada segundo contaba y la corriente apenas daba tregua.
Esa mezcla de entrenamiento, reflejos e instinto fue lo que permitió que el rescate acabara bien y nadie perdiera la vida aquel día.
Medalla al mérito policial con distintivo rojo
La Policía reconoce su valor
El subinspector confiesa que se quedó en shock y que durante un tiempo intentó actuar con normalidad, sin procesar lo ocurrido. “Solo cuando pasó el tiempo entendí lo cerca que estuvimos de una tragedia”, admite.
Ahora, casi medio año después de aquel día, espera poder reencontrarse con el hombre al que salvó y darle un abrazo. La Policía Nacional ha querido reconocer su valor con una medalla que simboliza lo que él mismo representa: la entrega silenciosa, la valentía sin testigos y el compromiso de quienes arriesgan su vida por salvar la de los demás.
