Tras el anuncio de ‘Busi’, Sergio Busquets, hace una semana, en el que informaba su retiro, ayer fue Jordi Alba quien lanzó su mensaje: ha llegado el momento de poner punto y final a su carrera como jugador profesional.
El lateral izquierdo del Inter Miami lo ha hecho a través de un vídeo compartido en sus redes sociales. Agradecido y feliz por todo lo conseguido, pero sobre todo por lo que el fútbol le ha regalado: sus compañeros y amigos, los valores de cada club cuya camiseta ha vestido, y su familia, que siempre le ha acompañado y apoyado en esta bendita locura.
"Hola a todos, ha llegado el momento de cerrar una etapa trascendental en mi vida. He tomado la decisión de poner fin a mi carrera como futbolista profesional al terminar esta temporada. Lo hago con absoluta convicción, con plenitud y con felicidad. Gracias a todos mis compañeros, entrenadores, staff, trabajadores de los clubes y rivales que me exigieron dar lo mejor de mí", afirma Jordi Alba.
Con la retirada del catalán, a sus 36 años, se cierra una era dorada del fútbol español y del FC Barcelona. Jordi Alba, junto a Busquets y Messi, formó parte de una generación irrepetible que marcó una época tanto en el club blaugrana como en la selección española.
Entre títulos de Liga, Champions y una Eurocopa, el lateral de L’Hospitalet se convirtió en uno de los jugadores más regulares y decisivos de la última década. Su conexión con Messi, especialmente, quedará grabada en la memoria de los aficionados: esas asistencias milimétricas desde la banda izquierda se convirtieron en una marca registrada del mejor Barça.
A pesar de su adiós a los terrenos de juego profesionales, Jordi no se retira del fútbol. Vuelve a la que fue su casa: “Nací aquí, crecí soñando entre estas calles. Pero pronto entendí que algunos sueños no son solo tuyos, son sueños de toda una ciudad”.
Así comenzaba el catalán el mensaje para anunciar que regresaba a uno de los clubes de su vida, el que le vio crecer y le dio la oportunidad de iniciarse en esta etapa futbolística. Se trata del CE L’Hospitalet.
Jordi se unió en abril al proyecto junto a Thiago Alcántara, Óscar Pierre y Gon Álvarez, con un sueño compartido: devolver al club al lugar que se merece, a lo más alto del fútbol profesional. El objetivo es “aportar trabajo, experiencia e ilusión, y desplegar todo nuestro conocimiento tanto dentro como fuera del campo”.
L’Hospitalet, el equipo de su ciudad natal, fue donde empezó a jugar en 1996, antes de fichar por el FC Barcelona en 1998. Tras siete años en La Masia, en 2005 se marchó al UE Cornellà y luego al Valencia, donde terminó de consolidarse como profesional.
Su legado trasciende los números y los títulos. Jordi Alba representa la pasión, la entrega y la fidelidad a un estilo de juego que enamoró al mundo. Su carácter competitivo, su velocidad y su capacidad para aparecer en los momentos clave le convirtieron en un futbolista total.
Ahora, con la misma energía que mostró sobre el césped, encara una nueva etapa desde los despachos y los proyectos formativos, dispuesto a devolver al fútbol todo lo que este deporte le ha dado.
En su despedida, miles de mensajes de admiración inundaron las redes sociales. Antiguos compañeros, entrenadores y aficionados recordaron sus mejores momentos y coincidieron en un sentimiento común: Jordi Alba no solo fue un gran lateral, sino también un símbolo de compromiso y humildad. Con su regreso a L’Hospitalet, el ciclo se cierra donde todo comenzó, demostrando que, más allá de los grandes estadios, el verdadero amor por el fútbol siempre vuelve a sus raíces.
