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    Cuando cae el sol y el rugido del Circuito se apaga, Montmeló despierta con su propio espectáculo. Las calles se llenan de humo, luces y motores que no descansan, en una fiesta improvisada que reúne a cientos de miles de amantes de las motos.

    Entre acrobacias, ruedas quemadas y conciertos, la madrugada se convierte en un ritual imprescindible para los aficionados al MotoGP, donde la pasión por el motor vibra con tanta fuerza como en la pista.

  • Multitud de gente en la segunda jornada de 'Las Noches de Montmeló'

    Luis Miguel Añón
  • Dos agentes de la BRIMO durante el dispositivo de 'Las Noches de Montmeló'

    Luis Miguel Añón
  • Un joven participa con su motocicleta en las 'Noches de Montmeló', también conocido como 'la calla cortada'

    Luis Miguel Añón
  • Agentes de la BRIMO de los Mossos durante la segunda noche en 'la calle cortada' de Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • Jóvenes corren con sus motocicletas y hacen acrobacias en la fiesta callejera del motor en Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • Un chico enciende su cigarro con el tubo de escape de una motocicleta

    Luis Miguel Añón
  • Varios jóvenes subidos en una moto corren en 'la calle cortada' de Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • Otro de los participantes en 'las Noches de Montmeló' hace acrobacias con su motocicleta y unas bengalas

    Luis Miguel Añón
  • Profesionales del motociclismo hacen exhibiciones en la fiesta de 'la calle cortada' de Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • Un agente de Seguridad Ciudadana de Mossos patrulla por la fiesta nocturna de Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • Miles de amantes del motociclismo se reúnen para correr y hacer rugir los motores de sus motocicletas en la 'calle cortada' de Montmeló

    Luis Miguel Añón
  • La jefa del dispositivo de seguridad, la inspectora Helena, se dirige a la zona 0 de las 'Noches de Montmeló' para controlar la situación 'in situ'

    Luis Miguel Añón
  • Varios espectadores durante la segunda noche de las 'Noches de Montmeló'

    Luis Miguel Añón