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En pleno debate sobre la reforma de la Ley Antitabaco, los datos hablan por sí solos. Según una reciente encuesta encargada por Hostelería de España a la consultora 40dB, el 69,3% de los españoles cree que las campañas de concienciación son más efectivas para reducir el consumo de tabaco que las prohibiciones directas.

Este resultado, respaldado tanto por fumadores como por no fumadores, apunta a una ciudadanía que prefiere educar a restringir, y que pone sobre la mesa una cuestión clave: ¿es realmente efectiva —y justa— una prohibición total de fumar en las terrazas de bares y restaurantes?

La voz de la calle

El sondeo, basado en una muestra de 1.659 entrevistas, revela un amplio consenso social. Más del 56 % de los encuestados no ve urgente prohibir fumar en terrazas, y un abrumador 85,2% prevé que los fumadores seguirían haciéndolo en las inmediaciones, generando problemas de convivencia y complicando la labor de los trabajadores de los locales.

A esto se suma un 57,4% que advierte del temido “efecto rebote”: si no se puede fumar en terrazas, muchos optarán por reunirse en pisos particulares, donde la ventilación es peor y la exposición pasiva al humo —especialmente en niños— podría aumentar.

Una persona fumadora brinda con los ocupantes de la mesa de una terraza Eduardo Parra / Europa Press

“Educación antes que prohibición”

Desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya se ha recomendado al Gobierno que, antes de imponer medidas restrictivas, se apueste por la sensibilización, sobre todo entre los jóvenes. Este enfoque, que pone el acento en la libertad informada y no en la imposición, también es el que defiende buena parte del sector hostelero.

La convivencia entre fumadores y no fumadores en las terrazas funciona. No se puede poner en riesgo un modelo de socialización, empleo y turismo por una medida que puede resultar contraproducente”, sostiene Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España.

Y añade: “Si el objetivo es mejorar la salud pública, pongamos el foco en la educación, la prevención y los espacios cerrados, no en perseguir al sector hostelero, que ya ha demostrado un comportamiento ejemplar desde la anterior ley”.

Una medida que divide y preocupa

La preocupación del sector no es menor. El 62,6 % de los encuestados teme que una prohibición dañaría la imagen de España como destino turístico, más aún cuando países de referencia como Francia han descartado regular el tabaco en terrazas, y solo Suecia lo ha hecho parcialmente.

Las terrazas son más que un espacio físico: son parte de nuestra identidad, de nuestra vida social, de la experiencia del visitante. Cualquier decisión debe sopesar el impacto que puede tener en la economía, el empleo y la imagen del país”, recuerda José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España.

Entre el humo y la convivencia

La nueva Ley Antitabaco, en fase de desarrollo por parte del Ministerio de Sanidad, contempla ampliar las restricciones al tabaco en espacios al aire libre como marquesinas, campus universitarios, piscinas y, por supuesto, terrazas. La intención del Gobierno es alinear la normativa con las directrices de la Unión Europea y avanzar hacia una generación libre de humo en 2040.

Sin embargo, la encuesta pone en evidencia que la mayoría social reclama otra vía: más diálogo, más pedagogía y menos imposición.

El tabaco sigue siendo un reto de salud pública, pero también lo es la convivencia ciudadana, la protección del empleo y el mantenimiento de una oferta hostelera diversa y competitiva. Escuchar a la ciudadanía no es ceder: es gobernar con responsabilidad.

En este contexto, la apuesta por la concienciación —que respalda casi el 70% de los españoles— se presenta como la vía más sensata, efectiva y respetuosa con la libertad individual. La hostelería, una vez más, tiende la mano para buscar soluciones realistas, equilibradas y sostenibles.