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Cataluña cuenta con 10 días menos de clase al año que la OCDE, pero las familias piden "más calidad"

FAPAES pide analizar la sexta hora de diferencia entre la red pública y concertada, además de incluir medidas como mayor acceso a los comedores escolares y las actividades extraescolares

Más información: La 'consellera' de Educación anuncia nuevas medidas para hacer frente a los "malos resultados" de las competencias básicas

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Cataluña cuenta con diez días menos de clases al año en comparación con los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En total, el sistema educativo de la región cuenta con 175 jornadas mientras que en otros países se alcanza las 185 tanto en primaria como en secundaria. 

El análisis, bajo el nombre Revisión de evidencia sobre la jornada escolar y realizado por el Institut Català d'Avaluació de Polítiques Públiques (Ivàlua), buscaba solucionar el bajo rendimiento del alumnado y la desigualdad educativa ante los resultados de los informes PISA. Un encargo del Govern de Pere Aragonès (ERC) que ahora recoge la cartera de Esther Niubó (PSC).

En términos generales, Cataluña está equiparada a otras comunidades autónomas. Sin embargo, la diferencia entre la concertada y la pública es reseñable, puesto que hay 175 horas lectivas menos en los colegios del Estado. No obstante, ¿es el incremento de horas la solución al rendimiento académico?

Horarios diferentes

La consellera ya ha anunciado en los dos últimos meses varias medidas, como un plan de inversión de 130 millones de euros que cuenta con 30 medidas para reforzar la formación de los docentes después de que los resultados del curso 2024-2025 mostraran que el alumnado catalán pincha en Catalán, Matemáticas y Ciencias en la etapa de Primaria, y en la ESO los resultados negativos se concentran en Castellano e Inglés. 

La rémora se arrastra desde hace varios años y, ante la acuciante necesidad de reforzar el sistema educativo, se encargó este estudio que refleja que hay una diferencia en horas lectivas. Por un lado, Primaria posee un horario de cinco horas en jornada partida en los públicos, mientras que en los concertados y privados asciende a seis. En cambio, la ESO tiene de forma generalizada seis, que se hacen de forma intensiva en los públicos y con horario partido en concertados-privados.

Actividades extraescolares y comedores

A tenor de este cómputo, una de las conclusiones que recoge Ivàlua es que la ampliación del tiempo lectivo muestra "efectos moderados" en la reducción de la desigualdad educativa, siempre que se dedique a reforzar los contenidos existentes y se proporcione atención individualizada, recoge. También, hay otros puntos que se tienen en cuenta para abordar la coyuntura.

Uno de ellos, es el adelanto para iniciar la jornada a las ocho, que si bien no tiene efectos inmediatos, sí puede beneficiar "ligeramente" al alumnado en contextos desfavorecidos. En cuanto a los comedores escolares universales y gratuitos "tienen un impacto significativo en primaria" y, sobre las extraescolares, ayuda a mejorar la autopercepción de los alumnos, sobre todo aquellos en contextos desfavorecidos.

Habla FAPAES

Según el informe, el aumento del tiempo lectivo llevaría a un incremento del rendimiento académico porque habría más tiempo para cubrir el curriculum con mayor profundidad, se podría ofrecer una enseñanza más personalizada y, al mismo tiempo, se podrían reducir comportamientos de riesgo entre los jóvenes.

Un punto con el que tiene reticencias Patricia Sarrias, presidenta de la Federación de Familias de alumnos de educación secundaria y estudios posobligatorios no universitarios de Cataluña (FAPAES): más tiempo no significa mayor contenido didáctico, sino una oportunidad para reforzar los conocimientos aprehendidos durante las horas anteriores en las aulas con la colaboración de los docentes y la atención adecuada del alumnado.

Ya sea con apoyo, actividades complementarias o atención a las necesidades especiales de cada estudiante. "A veces la cantidad no tiene por qué mejorar una mejora de los resultados, pero sí compartimos algunas recomendaciones", apunta a este medio, como de qué manera "se distribuye la jornada". 

Analizar la sexta hora

"Una demanda que hemos pedido siempre es garantizar los comedores, porque impacta en aquellas familias y alumnado en situación de vulnerabilidad, y asegura que haya una alimentación sana", apunta. A su vez, la recogida temprana supondría un beneficio para la conciliación familiar y el acceso a las actividades extraescolares proporciona más espacios donde "no estar conectados" a los dispositivos

"Todas estas medidas pueden impactar en la mejora del rendimiento escolar: descansas más, comes mejor y destinas menos horas a las pantallas", apunta. No obstante, se muestra preocupada por la diferencia existente entre las redes de la pública y la concertada por las franjas horarias. Por ello, pide un análisis más exhaustivo sobre la sexta hora: "Si el sistema concertado, financiado con dinero público, ha mantenido esta hora, debería dar algún beneficio, si no, no se entendería". 

Desde la concertada

Carmen López, nombre ficticio, es profesora de un colegio concertado desde hace 35 años en el distrito de Les Corts, en Barcelona. Apenas le queda un lustro para jubilarse y, durante sus años de docencia, ha visto cambiar el modelo de sistema educativo hasta en ocho ocasiones. Un terremoto a nivel legislativo, burocrático y, sobre todo, de contenidos para el estudiantado. 

Recuerda que, anteriormente, el alumnado comenzaba a mediados de septiembre, pero se adelantó el calendario académico. Apunta que "pensando que aumentando las horas iría bien, se demostró que no". En todo caso, señala la distribución de materias que responde a la evaluación por competencias, por lo que imparte en 3º de Primaria solo tres horas de Catalán, Matemáticas y Castellano a lo largo de la semana, mientras que las materias por proyectos cuentan con seis horas. 

"No es lógico y está haciendo mucho daño", afirma. Un bache al que se suma el uso de las tecnologías, "si un ordenador se rompe, se hunde el mundo". El formato digital ha implicado que sus alumnos se vuelvan receptivos solo a los imputs visuales, en vez de concentrarse en las explicaciones que le dan sus profesores. "Las nuevas tecnologías en esta cantidad no es buena", enfatiza.

Hay otras cuestiones a abordar, como la falta de profesionales especializados en los centros de alta complejidad para atender a los alumnos con necesidades especiales. También, alude a la inmigración como un factor que atender, sobre todo, para reforzar la enseñanza en castellano y catalán. "Falla el sistema educativo porque está diseñado por gente de despacho".