La natalidad en España ha caído de forma continuada en los últimos diez años, a pesar de un ligero repunte del 0,4% en 2024, y la media de hijos por mujer roza mínimos históricos: 1,12, muy lejos del 2,1 en que los expertos sitúan la tasa de fecundidad de reemplazo, la mínima necesaria para que una población cerrada se mantenga en el tiempo. El caso español no es aislado: tanto países en vías en desarrollo, como Albania, El Salvador y Nepal, o países ricos como Italia, Japón o Corea del Sur, mantienen niveles de natalidad por debajo de los niveles de reemplazo. Ante semejante perspectiva, los fabricantes de pañales para bebés se han visto obligados a reconducir sus estrategias de crecimiento y adaptarse a nuevas necesidades de mercado, como es el caso del pañal para incontinencia urinaria, una patología que afecta más de seis millones de personas en nuestro país, según datos de la Asociación Española de Urología.
“Ante un contexto en el que el mercado no crece, debes tener capacidad de adaptación para ofrecer productos más eficientes. En los últimos años, los pañales han evolucionado para dar respuesta a las necesidades de higiene y salud de las personas en todas las etapas de la vida. Para ello, apostamos por una innovación continuada y un enfoque centrado en la persona, con el que mejorar características clave de estos productos como la absorción y el ajuste”, aseguran desde la filial española de Essity, multinacional sueca de higiene y salud con presencia en 150 países. Essity es el primer fabricante de pañales para bebés y pañales tipo braguita de marca blanca para supermercados de España y Portugal, así como de pañales para seniors con la marca TENA, líder mundial en el mercado de la incontinencia urinaria, según el informe de Euromonitor International 2024.
En España, cerca de 10 millones de personas son mayores de 65 años – el 20% del censo –, y las proyecciones del INE para 2040 sugieren que esta cifra seguirá creciendo hasta situarse en 14,2 millones, un 27,4% de la población. “Este envejecimiento demográfico trae consigo un aumento del número de personas con patologías de alta prevalencia como, por ejemplo, la incontinencia urinaria”, detallan desde Essity. Según datos de la Asociación Española de Urología, más de 7,5 millones de personas en nuestro país sufren esta patología, 2 millones de ellos de forma crónica, con una incidencia particularmente alta entre las mujeres mayores de 65 años. Aproximadamente entre el 30% y el 40% de estas la padecen, en comparación con un 14% a 29% de los hombres. No obstante, a partir de los 85 años, la incontinencia afecta por igual a ambos sexos.
“Partiendo de estos datos, la previsión es que este mercado crezca a una tasa compuesta anual del 8,92% en los próximos años. La creciente conciencia sobre la higiene y la comodidad, junto con los avances tecnológicos en la fabricación de pañales, están impulsando la demanda”, informan desde la multinacional sueca. Además, la expansión de las infraestructuras sanitarias y la eliminación de estigmas sociales asociados con la incontinencia “están abriendo nuevas oportunidades de negocio. Un segmento en el que marcas como TENA están liderando, ofreciendo productos innovadores y de alta calidad”.
Romper tabúes
Uno de los principales retos del mercado de absorbentes para adultos —copado por grandes grupos internacionales como Essity (TENA), Laboratorios Indas- Attindas (con marcas como Indasec o Incopack), Hartmann (Lindor), Ontex (Serenity), Laboratorios Bimédica (ABS pants) o Procter & Gamble (Ausonia Discreet) —es romper el tabú que rodea el pañal de incontinencia. “Nuestro propósito como compañía es “Rompemos Barreras por el Bienestar”, informan desde Essity. “A través de nuestras marcas, iniciativas y campañas de comunicación, buscamos generar conversación, conocimiento y romper con los tabús alrededor de la salud e higiene íntima, por ejemplo, entre aquellas personas con incontinencia urinaria o durante la menopausia”, añaden.
De la mano de TENA Men, la compañía lanzó hace un par de años el pódcast “Al fondo a la derecha”, presentado por el humorista Agustín Jiménez, con el objetivo de romper estigmas y normalizar la incontinencia masculina a través del humor y la divulgación. “Esta condición afecta a uno de cada cuatro hombres mayores de 40 años, y sigue siendo, en muchos casos, un tema silenciado”, aseguran.
Desde Essity también trabajan activamente para visibilizar y normalizar la incontinencia urinaria femenina. Un buen ejemplo de ello es la colaboración entre TENA Discreet, la gama de productos diseñada para mujeres con pérdidas de orina, y el equipo Tigresas Rugby Alcorcón, formado por mujeres que compaginan su día a día con la práctica de este deporte. “Con esta alianza, queremos reforzar nuestro compromiso con mujeres que rompen barreras y tabúes en el deporte, demostrando que no hay límites cuando se trata de vivir con libertad y confianza”, explican. Las jugadoras han incorporado a su equipación el lema “Sigo siendo yo”, perteneciente a la campaña de TENA Discreet, como muestra de que la incontinencia no define a nadie, ni condiciona quiénes somos.
En el caso de la menopausia, en 2023 Essity impulsó el mayor estudio a nivel global sobre menopausia, con más de 16.000 mujeres encuestadas de 11 países diferentes, entre ellas 1.000 españolas. El objetivo era conocer el grado de información que existe sobre el tema y su relación con la incontinencia, sus experiencias, tanto a nivel físico como mental, y el impacto que estas tienen en su calidad de vida y entorno laboral. En paralelo, la multinacional estableció una colaboración con la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), y organizaron en Madrid el evento “Hablemos de… Menopausia”, que contó con la participación de la nutricionista Marta Marcè y la escritora y socióloga Anna Freixas, entre otras expertas, y desarrollaron una guía de recomendaciones dirigida a mujeres para ayudarlas a afrontar esta etapa con mayor bienestar y autonomía.
Sin embargo, el problema de la incontinencia urinaria no se soluciona con compresas, hay que acudir al médico, alertó la ginecóloga Irene Díez Itza, presidenta de la Sección de Suelo Pélvico de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), una de las nueve sociedades científicas y asociaciones de pacientes que forman la Alianza contra la Incontinencia Urinaria (ALiNUR), presentada el pasado mes de junio en Madrid. El objetivo de la ALiNUR es visibilizar, abordar y mejorar la atención a la incontinencia urinaria en nuestro país, alegando que se trata de un problema de salud pública creciente que debe ocupar un lugar prioritario en la agenda sanitaria.
“La innovación en esta materia contribuiría notablemente al desarrollo de nuevos tratamientos y
dispositivos sanitarios que podrían ofrecer soluciones efectivas, seguras y accesibles, especialmente para las pacientes donde el abordaje es paliativo”, subrayó Díez Itza, citada por el portal de noticias INFORMACIÓN. La ginecóloga insistió en que "usar compresas sin consultar al médico no es la solución" y que "los pacientes tienen que dar un paso hacia adelante. Tienen que formarse y entender más su patología", matizó. Según datos de ALiNUR, en España, solo el uso de productos absorbentes representaba el 59% del total de productos sanitarios prescritos en 2022, con su consiguiente repercusión a nivel ambiental, generando más de 172.000 toneladas de residuos anuales derivados de la eliminación de pañales de un solo uso, cuya degradación completa puede tardar hasta 500 años.
Por otro lado, en 2017 la CNMC multó con 128,8 millones de euros a los principales fabricantes del momento – Laboratorios Indas (Attindas), Essity (antes SCA), Hartmann, Procter & Gamble (anterior dueña de Lindor), Ontex, Barna Import Medica (Bimedica), Textil Planas Oliveras y Algodones del Bages–, por prácticas de cartel. En concreto, por haber pactado acordado y fijado precios de venta de los absorbentes entre 1996 y 2014 en las licitaciones públicas de estos productos, muchos de los cuales están financiados por la Seguridad Social para las personas con incontinencia urinaria grave, según informa el portal 65ymás.
Este hecho ya empezó a suponer en 2023 demandas por parte de algunas comunidades autónomas que gestionan el copago de estos productos, entre ellas Cataluña, Andalucía y Madrid, y que han sido los principales damnificadas del acuerdo de precios. El último en hacerlo ha sido el Gobierno vasco, que reclama a los fabricantes 202 millones de euros por los daños causados por el pacto de precios. Un delicado revés para un sector que en 2023 alcanzó una facturación de 523 millones de euros, según datos facilitados por 65ymás, y con un evidente potencial de crecimiento por delante.
