
Imágenes del apagón en Barcelona
Cataluña se sobrepone al peor apagón de la historia
Al cierre de esta edición, la comunidad había recuperado el 63% del suministro eléctrico para abastecer a 2,5 millones de ciudadanos
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Cataluña, como el resto de España, se recupera, muy poco a poco, del peor apagón jamás registrado en la Península. El peor tanto por su extensión como por el número de afectados: prácticamente toda la población. Y sin respuestas. Al cierre de esta edición, y tras más de 12 horas desde que el país se fue a negro, la comunidad había recuperado el 63% del suministro para abastecer a 2,5 millones de ciudadanos.
Resulta complicado abordar una cuestión concreta cuando todo, absolutamente todo, está parado. Una de las cosas más urgentes, no obstante, es la seguridad. Durante el día, el apagón causó angustia en algunas personas que, ante las dificultades de volver a casa, se veían durmiendo en la calle, a oscuras. Y hubo cientos de rescates de ciudadanos atrapados.
Despliegue de Mossos
Pero este Govern, que tiene la seguridad entre sus prioridades, activó un “despliegue extraordinario” de 7.120 agentes de Mossos d’Esquadra no solo para vigilar durante la noche, sino también para “garantizar el correcto funcionamiento de los servicios”, en palabras del president, Salvador Illa.
Reconocía el líder del PSC que la red ferroviaria es la que ha sufrido la mayor “afectación”. De hecho, en el momento de su comparecencia, pasadas las ocho de la tarde, todavía había pasajeros atrapados en cinco convoyes. Y no se pudo recuperar en todo el lunes el servicio en media y larga distancia.
1.350 personas atrapadas en trenes pernoctan en pabellones
Tan complicada y caótica fue la situación que unos 1.350 viajeros de diversos trenes pasarán esta noche en pabellones municipales y estaciones habilitadas por los servicios de emergencias, según informan los Mossos.
Albergues improvisados
Así, la estación de Sants de Barcelona ha permanecido abierta toda la noche para los viajeros que no tuvieron más remedio que pernoctar en sus instalaciones. Y, en Girona, el ayuntamiento habilitó el palacio ferial como albergue para quienes no pudieron regresar a casa.
Por el contrario, a última hora del día, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) había restablecido en la totalidad la L1 del metro y en gran parte la L3 (entre Zona Universitària y Montbau), parte de la L4 (paseo de Gràcia-Maragall), así como las L9Sud, L10Sud y la L5, con algunas alteraciones.
Los hospitales funcionan
Las líneas de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) circulaban ya hasta Sant Cugat, entre Llobregat y Anoia y Barcelona-Vallès, mientras las líneas T1, T2 y T3 del Tram también operaban, pero con la frecuencia de paso alterada.
La red ferroviaria catalana debería volver a la normalidad a lo largo de este martes.
El aeropuerto de El Prat, por su parte, aguantó el envite con gran solvencia, a pesar de retrasos, aglomeraciones y algunas cancelaciones.
También funcionaron con cierta normalidad los hospitales, gracias a los generadores que tienen para afrontar hasta 40 horas sin suministro. No obstante, al alargarse el corte más de lo habitual, algunos centros suspendieron la actividad no urgente para garantizar los recursos de uci y urgencias en caso de que el apagón se alargara muchas más horas.
Martes ¿normal?
¿Qué se espera para este martes? Según Illa, la previsión es que el día se pueda afrontar “con normalidad”, tras la recuperación “paulatina” del suministro. Pero esa normalidad no será completa. No lo será porque, al margen de las incidencias previstas en el transporte y la incertidumbre sobre si la electricidad llegará a todos los rincones y puestos de trabajo, algunas universidades ya han cancelado las clases.
Es el caso de la Universitat de Girona (UdG) y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Asimismo, la Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha pedido al profesorado que suspenda cualquier actividad evaluable prevista para mañana, o que establezca mecanismos alternativos. Por lo que respecta a las escuelas, está previsto que funcionen con normalidad, pero la digitalización de las aulas puede complicar la docencia habitual.