El momento del reencuentro entre Henry y su hijo Henry Jr. en el aeropuerto de Barcelona

El momento del reencuentro entre Henry y su hijo Henry Jr. en el aeropuerto de Barcelona GALA ESPÍN Barcelona

Vida

De Miami a Barcelona: el infierno burocrático de un padre para traer a su hijo de vuelta

En la primera entrega conocimos la infancia robada de Henry Jr., atrapado entre drogas, mentiras y fronteras. Esta segunda parte narra el desgarrador camino de su padre para lograr su regreso a Barcelona

Parte I: De Barcelona a Miami: la infancia robada de un niño que vivió entre drogas y mentiras

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Cuando Henry recibió la llamada desde Miami, supo que algo andaba mal. Al otro lado del teléfono, una trabajadora social le informaba que su hijo, Henry Jr., había sido ingresado en un centro de acogida. La madre del pequeño, detenida tras un episodio violento y con sustancias en el cuerpo, había perdido la custodia de forma definitiva.

"Fue lo más doloroso que he vivido nunca", recuerda Henry, aún con la voz entrecortada. Estaba a miles de kilómetros, sin posibilidad de viajar, sin saber si su hijo estaba bien. Y solo podían hablar a través de una pantalla. Pronto Henry Jr., de apenas doce años, empezó a repetir lo que se convertiría en su 'mantra': "Papá, sácame de aquí".

Durante los seis meses siguientes, Henry vivió los que describe como los peores días de su vida. La impotencia lo consumía. Sabía que no podía permitirse fallar. El niño, que había crecido entre fronteras, mentiras y huidas, merecía algo mejor. Merecía volver a casa con él. 

Una carrera contra el sistema

Atrapado en Barcelona, Henry empezó una frenética carrera para recuperar a su hijo. La justicia estadounidense había incapacitado a la madre para ejercer la patria potestad: no era la primera vez que se le encontraba cocaína en el organismo, y los informes oficiales hablaban de episodios violentos incluso con personas que en el pasado habían intentado ayudarla a cuidar del pequeño.

Henry durante la entrevista con Crónica Global

Henry durante la entrevista con Crónica Global SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

El Estado de Florida determinó que Henry Jr. debía permanecer bajo tutela institucional hasta que se encontrara una solución estable. Para el padre, la idea de ver a su hijo encerrado en un sistema que no podía protegerlo emocionalmente era insoportable.

Fue entonces cuando apareció Pablo de Palacio, abogado penalista, y el perito Roberto Manuel, quien se encargó de elaborar los informes sociales y técnicos que demostrarían que Henry tenía capacidad suficiente para hacerse cargo de su hijo.

"No fue solo una cuestión de demostrar que tenía empleo o casa. Fue pelear contra una burocracia compleja, donde incluso se cuestionaban detalles como la ventilación de su vivienda", cuenta Pablo.

De hecho, una de las principales trabas fue que en la cocina del piso de Henry no había extractor de humo, una exigencia de los servicios sociales de Florida para aprobar la idoneidad del domicilio.

"Les explicamos que en España no es obligatorio tenerlo. Tuvimos que buscar tratados bilaterales, manuales de buenas prácticas y normativas urbanísticas para justificar cada detalle", añade Roberto.

Henry y su hijo Henry Jr. tras reencontrarse en el aeropuerto de Barcelona

Henry y su hijo Henry Jr. tras reencontrarse en el aeropuerto de Barcelona GALA ESPÍN Barcelona

Las barreras invisibles

La diferencia horaria entre España y Florida no ayudaba. Las reuniones con las autoridades estadounidenses solían ser de madrugada y, muchas veces, Henry tenía que hacer malabares para poder compaginarlo con el trabajo.

Además, al no contar con la documentación española del menor —que la madre había destruido antes de cruzar la frontera mexicana—, se abrió un nuevo frente legal.

"Hubo momentos en los que sentí que estaba perdiendo la batalla", admite Henry. "Pero cada vez que hablaba con mi hijo y me decía que no quería pasar ni un día más allí, volvía a empezar".

El regreso a casa

No fue hasta diciembre, medio año después de que Henry Jr. ingresara en el centro tutelado, que la administración de Florida autorizó su traslado a Barcelona. Los informes del abogado, las pruebas del perito y, sobre todo, la constancia del padre, surtieron efecto.

El menor viajó acompañado por una asistente social y una mochila con poca ropa y algunos juguetes. Durante el vuelo, recuerda Henry Jr., jugó casi todo el tiempo. 

La llegada de Henry Jr. a Barcelona

La llegada de Henry Jr. a Barcelona GALA ESPÍN Barcelona

Y así fue. A su llegada al aeropuerto de El Prat, decenas de personas esperaban tras la valla de seguridad. Henry temblaba. En cuanto las puertas automáticas se abrieron y su hijo apareció, lo abrazó tan fuerte que por un momento el tiempo pareció detenerse.

Habían pasado cuatro años desde la última vez que lo tuvo en brazos. Cuatro años de silencio, dolor y lucha. Hoy, por fin, están juntos. Y Henry, el padre que nunca se rindió, puede decir que su hijo ha vuelto a casa.