Los últimos tiroteos en Terrassa (Barcelona) han situado a la co-capital del Vallès Occidental en el punto de mira de sindicatos y cuerpos policiales. La guerra abierta entre clanes de origen dominicano ha generado cierta alarma tanto en el seno del ayuntamiento como en el de los Mossos d’Esquadra y la Policía Local.
Aunque, por el momento, los tiroteos siguen siendo episodios aislados, desde SIP-Fepol, un sindicato de la policía local, ya han alertado de que los agentes carecen de las herramientas necesarias para hacer frente a esta peligrosa escalada de violencia.
Ante escenario, y conscientes de las herramientas que disponen los agentes, el consistorio egarense ha comenzado a tomar cartas en el asunto para revertir la situación y dotar a la policía municipal de nuevos y mejores equipos de protección.
Una de las primeras acciones en este sentido ha sido la adquisición de nuevos chalecos antibalas específicamente diseñados para las mujeres del cuerpo local.
Agentes de la Policía Municipal de Terrassa (Barcelona)
Chalecos de tallaje estándar
Hasta ahora, las agentes se han visto obligadas a usar chalecos masculinos o de tallaje estándar, al no disponer prendas adaptadas a su morfología. Esta falta de equipamiento adecuado "no sólo comprometía su comodidad, sino también su seguridad y eficacia en el desempeño de sus funciones", han reconocido desde el consistorio.
Así, aunque las agentes están protegidas frente a posibles enfrentamientos armados, muchas aseguran que no se sienten completamente cómodas ni ágiles con el uniforme actual. Y es que, en numerosas ocasiones, los chalecos no se ajustan correctamente a su cuerpo y, como consecuencia, la movilidad se ve reducida.
Por esta razón, la cincuentena de mujeres policías en Terrassa lleva años solicitando al Ayuntamiento chalecos diseñados específicamente y a medida para mujeres.
Nueva licitación
En respuesta, el Ayuntamiento ha anunciado una nueva licitación pública para la compra de 51 chalecos antibalas y sus correspondientes fundas, destinados a las mujeres del cuerpo local.
El contrato cuenta con una partida presupuestaria de 39.270,00 euros (sin IVA). Y, a pesar de que el acuerdo se firmó en diciembre de 2024, el anuncio salió publicado el pasado jueves 13 de marzo, después de que se produjeran los tres tiroteos más recientes: uno la noche del 23 de febrero y otros dos el domingo 9 de marzo.
Prototipo de los chalecos antibalas
En la memoria justificativa del anuncio, el Ayuntamiento destaca que se trata de una licitación "para dotar a las agentes femeninas de equipos de seguridad que se adapten a sus necesidades, cumpliendo con los niveles de seguridad exigidos".
Una carencia generalizada
Esta carencia, de hecho, ya fue experimentada previamente por las agentes de los Mossos d’Esquadra en el año 2016. Desde entonces se ha buscado solucionar este déficit en todos los cuerpos policiales.
Sin embargo, como demuestra el caso de Terrassa, no todos los municipios están actualizados en cuanto a chalecos antibalas adecuados a los cuerpos femeninos.
Cataluña se llena de armas
A pesar de las medidas anunciadas por el ayuntamiento, Alex Payán, portavoz de SIP-Fepol, lamenta que, en la actualidad, los cuerpos policiales de ámbito local siguen sin poseer los medios adecuados para enfrentarse al vasto arsenal de armas que poseen las organizaciones criminales.
"Nosotros vamos armados con una pistola de 9 milímetros, mientras que ellos disponen de auténticas armas de guerra", apunta Payán.
A pesar de que las nuevas adquisiciones, como los chalecos antibalas, suponen un avance importante, Payán subraya que éstos no están diseñados para resistir el impacto de armas de mayor calibre, como una AK-47.
Armas halladas en un dispositivo policial
Si bien valora que el consistorio haya escuchado las demandas de las agentes, considera que, dada la gravedad de la situación, se requieren medidas adicionales para hacer frente a la creciente violencia no sólo en Terrassa, sino en todo el territorio catalán.
Se han cruzado "líneas rojas"
Por su parte, Toni Lidueña, delegado de SIP-Fepol en Terrassa, insiste en que esta escalada de violencia no es sólo un problema de dicha localidad, sino "un fenómeno que se ha extendido por todo el territorio nacional".
La pérdida del principio de autoridad y unas leyes excesivamente garantistas para los delincuentes han conducido a que los cuerpos policiales se sientan atados y con poco margen de maniobra. Generando, además, una "evidente inseguridad jurídica".
Para él, sin restarle importancia a los últimos tiroteos, lo realmente preocupante es cuando el delincuente cruza ciertas líneas rojas: "En los tiroteos se matan entre ellos, pero en Terrassa ya hemos vivido amenazas directas a los agentes del cuerpo municipal", asegura.
Agente de la Policía Municipal de Terrassa y de los Mossos d'Esquadra
En este sentido, explica que a finales de enero un joven se presentó por sorpresa en el aparcamiento de la Policía Municipal, esperó a que uno de los agentes finalizara su servicio y se acercó a él para amenazarle.
Este individuo quedó detenido y tras la correspondiente vistilla ante la autoridad judicial desapareció de la ciudad.
Varias investigaciones en marcha
Todo esto se desarrolla en un contexto de cierta preocupación, donde las unidades de investigación de los Mossos d’Esquadra trabajan contrarreloj para resolver los recientes tiroteos no sólo en Terrassa, sino también en otros municipios como L’Hospitalet de Llobregat o el barrio de La Mina.
Esta situación evidencia que la posesión ilícita de armas se ha extendido a lo largo y ancho de todo el territorio.