Manifestación del 8M en Cataluña: un grito por la igualdad y un reclamo contra la precarización de las cuidadoras

La voz del feminismo ha resonado con fuerza este 8 de marzo en las calles de Barcelona, donde, como cada año, miles de personas han salido a protestar por la igualdad y contra la violencia de género.

La manifestación ha reunido este sábado por la tarde a unas 25.000 personas en el centro de la ciudad, según cifras de la Guardia Urbana de Barcelona.

Reivindicación del sector de los cuidados

Bajo el lema "Las curas sostienen la vida", la jornada ha centrado la atención en la importancia del trabajo de cuidados, sector históricamente feminizado y precarizado, y ha exigido una mayor corresponsabilidad social e institucional para garantizar la igualdad real entre mujeres y hombres.

La manifestación ha empezado a las 18.00 desde plaza Universitat, un punto neurálgico de la ciudad. Desde este punto, la multitud ha recorrido la Gran Vía, el paseo de Gràcia y la ronda de Sant Pere hasta llegar a Arc de Triomf.

Dividida en bloques

La marcha de este año se ha estructurado en nueve bloques diferenciados, cada uno de ellos con sus propias reivindicaciones. Mujeres, lesbianas y personas trans vinculadas al sector de los cuidados, migrantes, mujeres de comunidades en conflicto y grupos feministas han marchado juntas para visibilizar sus demandas.

También han participado sectores no mixtos de movimientos sociales, lo que ha dado lugar a una manifestación diversa y plural, en la que se ha dado voz a diferentes realidades y demandas dentro del movimiento feminista.

Uno de los principales focos de la protesta ha sido la precarización del trabajo de cuidados. Las participantes han denunciado la falta de reconocimiento social y económico de esta labor esencial, que sostiene la vida de las personas, pero que está invisibilizada y desvalorizada.

Dos manifestaciones paralelas

Mientras la Assemblea 8-M convocaba su marcha en la plaza Universitat, la Coordinadora 8-M y Feministes de Catalunya, opositoras a la ley trans, han organizado su propia movilización a la misma hora, recorriendo desde la plaza Catalunya hasta la plaza de Sant Jaume.

La manifestación convocada por la Coordinadora 8-M y Feministes de Catalunya ha reunido, según cifras de la organización, a unas 3.000 personas, aunque los Mossos d'Esquadra han estimado una participación de alrededor de 1.500.

Apoyo institucional y político

En la manifestación principal, los partidos políticos también han dado su apoyo a la causa feminista.

El PSC, representado por la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret, ha reafirmado su compromiso con la agenda feminista, destacando que el feminismo debe enfrentarse a las "lógicas ideológicas reaccionarias" que niegan la violencia machista y trabajan para avanzar hacia una igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Por su parte, la secretaria de organización de Junts, Judith Toronjo, ha apostado por abordar cuestiones como la economía y la sanidad desde una perspectiva feminista, y ha resaltado la necesidad de seguir trabajando por los derechos de las mujeres.

Desde ERC, Ares Tubau, secretaria general adjunta en materia de feminismos y LGBTI, ha subrayado la importancia de mantener una postura reivindicativa frente a la extrema derecha, mientras que Su Moreno, portavoz de la CUP, ha resaltado que el feminismo es un movimiento transformador que ha logrado avances para toda la sociedad, a pesar de los ataques antifeministas que intentan callar las voces de las mujeres.

La líder de los Comuns, Jéssica Albiach, también ha estado presente en la marcha y ha advertido de que los derechos conquistados por la lucha feminista no pueden retroceder "ni un milímetro", especialmente en un contexto de retrocesos en derechos sociales y económicos impulsados por la extrema derecha.

Un grito de unidad frente al retroceso

A pesar de las diferencias y tensiones internas que se han dado este año, el mensaje común de la manifestación ha sido claro: la lucha por la igualdad no se detiene. Las feministas han subrayado la necesidad de continuar avanzando en los derechos de las mujeres y en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, sin dar un paso atrás en los logros obtenidos hasta la fecha.