Top Manta, la cooperativa popular de los vendedores ambulantes de Barcelona, ha criticado las dificultades para acceder a los cursos de catalán, tras la publicación de la EULP: "Las personas migradas queremos aprender catalán, pero la Administración lo hace casi imposible".
Se quejan de que las inscripciones son complejas, que se abren "solo dos veces al año" y que los horarios de los cursos a menudo son incompatibles con la conciliación laboral y familiar.
Centralismo lingüístico
También lamentan el "agravio" que viven las personas de fuera de las grandes ciudades para acceder a cursos reglados, ya que deben desplazarse a las capitales en horarios difíciles.
El portavoz de Top Manta, Aziz Faye, ha señalado que la Administración "obliga a tener un curso de 45 horas de clases de catalán para poder solicitar el informe de arraigo, imprescindible para regularizar los papeles y acceder a un permiso de trabajo y residencia", pero que resulta complejo apuntarse a estos cursos.
Animan a no cambiar de idioma
La cooperativa ha destacado la importancia de "tejer redes sociales y vecinales" para facilitar las conversaciones en catalán y no cambiar de lengua para dirigirse a los migrantes y que les ayuden a aprender el idioma.
Han hecho un llamamiento a las administraciones y ciudadanía a tomar medidas para que el catalán siga siendo un vehículo de cohesión: "Nosotros estamos dispuestos a aprender y pedir a todos que nos acompañen en este proceso de inclusión real en Cataluña".