José M. Hill Prados, el pederasta de El Raval, en una imagen de archivo

José M. Hill Prados, el pederasta de El Raval, en una imagen de archivo Montaje de Crónica Global

Vida

La última víctima del 'pederasta del Raval': "Hay más como yo"

A raíz de las informaciones publicadas por este medio en relación a José M. Hill Prados, otro joven lo denuncia públicamente

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Han pasado cinco años desde que este joven sufrió en silencio el presunto abuso, el desaprecio y las coacciones de José María Hill Prados. Un nombre que, aunque hoy parece haber desaparecido de internet, resuena con fuerza en los archivos judiciales de la ciudad de Barcelona por dos escándalos de pederastia a finales de los 90 e inicios de los 2000. 

Su última víctima conocida ha decidido romper el silencio tras conocer que otro joven ha denunciado al agresor, y que la justicia lo está investigando. Una información que adelantó este medio.

Todo comenzó en 2020, cuando la víctima, entonces de 22 años, buscaba una oportunidad en el mundo del modelaje masculino para ganar un dinero extra. Fue entonces cuando Albert, un trabajador de Hill Prados, le contactó por Instagram ofreciéndole su ayuda.

En el pasado, el joven ya había mantenido un encuentro incómodo con él, pero decidió darle otra oportunidad. Albert lo citó entonces en unas oficinas ubicadas en la avenida Meridiana de Barcelona. 

Un ambiente muy turbio

Al llegar, el joven quedó desconcertado. No eran instalaciones de una agencia de modelos. "Todo estaba lleno de fotos de bebés", recuerda.  Pronto descubrió que, en realidad, se trataba de GESTLIFE, una clínica de gestación subrogada,  presuntamente dirigida por Hill Prados.

Imagen promocional de Gestlife

Imagen promocional de Gestlife Gestlife

Tras una larga espera en una sala de reuniones, el joven fue recibido por el propio José María, quien se presentó bajo el alias de Diego. El modus operandi que siguió con el chico que ya lo ha denunciado ante la justicia. 

La primera entrevista giró en torno a su supuesta carrera en el modelaje, aunque pronto derivó en una presunta estrategia de manipulación. "Me dijo que era demasiado mayor, que no trabajaba con chicos de más de 17 o 18 años, pero que haría una excepción porque le daba pena", relata.

Días después, en una segunda reunión, le pidieron que dejara su móvil y su cartera en una taquilla antes de entrar en la misma sala de reuniones. El ambiente de ese segundo encuentro se tornó aún más oscuro.

Hill Prados adoptó un tono muy duro y despectivo: "Me dijo que la gente como yo terminábamos suicidándonos, pero que él podía ser mi salvador".

Trabajo a cambio de favores sexuales

La supuesta oportunidad laboral tenía condiciones que sobrepasaban los límites de la moral y del Código Penal: debía abandonar su trabajo como camarero y cortar lazos con su familia y amigos.

Luego vino la propuesta directa: "Me dijo que también buscaba a alguien con quien mantener relaciones sexuales. Que si no funcionábamos en la cama, no pasaba nada, me pagaría por el servicio". La misma condición que le impuso a la otra víctima conocida. 

El joven se quedó paralizado. Su memoria sobre lo ocurrido después es difusa, pero recuerda haber terminado en el sofá de la sala de reuniones, con Hill Prados abusando de él. No podía huir. Sus pertenencias estaban en poder de sus captores.

José María Hill durante el juicio por abusos sexuales a un menor

José María Hill durante el juicio por abusos sexuales a un menor EFE

Cinco años tratando de olvidar

Durante años intentó olvidar lo sucedido, pero la obsesión por su agresor nunca desapareció. Investigó su pasado y descubrió que no se llamaba Diego, sino José María Hill Prados, un pederasta condenado por abusar de un menor en un casal infantil del Raval.

De hecho, averiguó que se trataba de uno de los acusados en el 'caso Raval'uno de los mayores escándalos de pederastia en la historia de Barcelona

En 2023, intentó obtener más información para denunciarlo. Se citó con un trabajador de GESTLIFE con el objetivo de averiguar los trapos sucios de Hill Prados y presentar una denuncia. Aunque lo invitaron a una barbacoa, rechazó la invitación porque le generaba mucha ansiedad.

Sin embargo, no ha podido olvidar y todo este tiempo ha ido siguiendo los movimientos de su presunto agresor y de su banda de presuntos captadores. Pronto entendió que, como él, habría muchos más.

Conocer que otro joven se animó a denunciar a Hill Prados fue la mecha para hacer público su testimonio. Aunque en 2023 se animó a denunciar los hechos ante los Mossos d'Esquadra, a día de hoy sigue esperando que le llamen de vuelta. Ahora, empieza a ver la luz al final de túnel. 

'Caso Raval'

Como publicó este medio, este no es el primer litigio que protagoniza Hill Prados. Este pedófilo cumplió una condena de ocho años de cárcel por abusar sexualmente de Diego Giménez Sánchez, también conocido como Dídac Sánchez, cuando era adolescente. Hill era voluntario en el Casal d'Infants del Raval y fue ahí donde conoció a su víctima.

Los hechos ocurrieron en 2005 y abrieron la caja de pandora del caso Raval, con más de 30 niños agredidos sexualmente y varias víctimas de pornografía infantil. Detuvieron a 13 personas, entre ellos, a Hill Prados.

Cuando el pederasta ya estaba entre rejas, su víctima se desdijo de las acusaciones y aseguró que los agentes lo habían presionado para acusarle falsamente. Cuando Hill salió de prisión, entró a trabajar en Subrogalia, empresa que presuntamente dirigía Dídac, y que fue la antesala de GESTLIFE.

Imagen de archivo del exterior de la Ciudad de la Justicia

Imagen de archivo del exterior de la Ciudad de la Justicia Europa Press

No era la primera vez que entraba en la cárcel por algo similar. De hecho, en 1996, lo detuvieron como presunto autor de dos delitos: uno de corrupción de menores y otro por abusar sexualmente de tres de sus cuatro hijos adoptivos, que quedaron bajo la tutela de la Generalitat mientras él estaba en prisión provisional.

No obstante, la situación dio un giro de 180 grados y quedó absuelto: sus hijos dijeron que se lo habían inventado.