Descubrimiento de la placa conmemorativa en la Catedral de San Justo por parte de los carlistas españoles

Descubrimiento de la placa conmemorativa en la Catedral de San Justo por parte de los carlistas españoles Lilli Goriup

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Más de 200 carlistas se conjuran en Trieste para crear una ruta cultural sobre su exilio

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Trieste, ciudad de escritores... y de carlistas. Este municipio enclavado en el norte de Italia, entre la costa del mar Adriático y la frontera con Eslovenia, ha sido feudo de las encrucijadas europeas durante siglos; y ha mezclado entre sus calles a ciudadanos de todo el mundo, a menudo exiliados, pero también a huidizos poetas que, en los cafés de la señorial villa, soñaron algún día con la eternidad. Ahora, ha sido tomada por un grupo de 200 irreductibles carlistas, que rememoran el exilio de sus antepasados a mediados del Siglo XIX.

La Fundación Ignacio Larramendi y el Ayuntamiento de Trieste, acompañados de Don Carlos de Borbón y 200 carlistas, han acudido a la localidad italiana para honrar la memoria de los viejos reyes junto al alcalde de la ciudad, Roberto Dipiazza.

Misa en la Catedral de Trieste, primera parada

La primera parada fue en la capilla de San Carlos de la catedral de Trieste, donde reposan los restos mortales de los reyes carlistas Carlos V, Carlos VI, Juan III y Carlos VII, junto a destacados miembros de la familia. Allí, se celebró una misa en latín. El sacerdote oficiante, monseñor Marino Trevisini, vestía una casulla negra que donó el mismo monarca Carlos VII.

De fondo, sonaba la marcha real interpretada con un órgano decimonónico. Tras la ceremonia, se dejaron claveles rojos y rosas amarillas en la sepultura de Carlos V, símbolo de la bandera española.

Abandonada la catedral triestina, se procedió a la inauguración de la ruta cultural, que consistió en la instalación de tres placas conmemorativas, que recuerdan la presencia de los reyes carlistas en la ciudad, acompañados de sus leales, que afrontaron un largo exilio con ellos.

Ofrenda floral en la tumba en la que descansan los restos de veinticuatro carlistas que acompañaron a Carlos en su exilio

Ofrenda floral en la tumba en la que descansan los restos de veinticuatro carlistas que acompañaron a Carlos en su exilio

Recuerdos de un exilio

El primer recuerdo se alzó en la plaza de la catedral de San Justo, justo a las puertas del templo. Después, los 200 carlistas se desplazaron hacia el cementerio de Santa Ana, donde están enterrados 24 de los fieles que acompañaron a don Carlos en su exilio y que nunca regresaron a España. También honraron a aquellos miles de carlistas que descansan, anónimos, en la fosa común del municipio italiano.

Por último, la tercera de las placas se descubrió en el palacio de la calle Lazzaretto Vecchio, donde vivió Carlos V junto a su familia, convirtiendo el bloque en una suerte de corte real en el exilio.

Última parada: hotel Savoia

Acabada la ruta carlista, los asistentes se desplazaron al hotel Savoia Excelsior Palace para comer; y posteriormente, acudieron a dos conferencias sobre el carlismo en el Urban Center de Trieste.